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Oswaldo Rivera, miembro del OS2O Design Team, en este segundo post sobre alpinismo de competición, nos narra su experiencia en otra prueba épica, en este caso más técnica, la SkyClimb Mezzalama. Además, realiza un repaso histórico de la evolución de las prendas OS2O en la línea Fast&Light, las cuales, cubren una demanda de necesidades en este deporte tan exigente.
El pasado verano, Miquel Mas, Marc Subirana y Amaia Agirre realizaron una ruta épica escalando la aislada y poco concurrida cara este de las Grandes Jorasses por la vía GROUCHO MARX. En este apasionante post narrado por Miquel Mas, del OS2O Alpine Team, podrás vivenciar en primera persona todo lo ocurrido durante esos días en los montes Alpinos: idea, preparación, aproximación, ascenso, descenso… ¡ESPECTACULAR RUTA!
Después de tres intentos (2010, 2012 y 2016), a la cuarta, nuestro miembro del OS2O Skimo Team, Kiko Navarro, en compañía de Rubén y Diego, alcanzó la meta de la famosa carrera de Skimo: Patrulla de los Glaciares. Ocho horas y 40 minutos les llevó completar los 63 km y más de 4000m de ascenso que separan la localidades Suizas de Zermatt y Verbier. ¡Enhorabuena campeones!
Nuestro miembro del OS2O Skimo Team, Kiko Navarro, nos narra sus experiencias en la carrera de skimo por excelencia, la famosa Patrulla de los Glaciares, o como el dice, la mamá de todas las carreras. Esperamos que este 2018, en su cuarta participación pueda completar por primera vez el recorrido de 53km y más de 4000m de desnivel positivos que separan la localidades Suizas de Zermatt y Verbier. ¡Una aventura épica!
Records are to be broken…
Con esta sentencia, que no podemos saber con certeza si es una declaración de intenciones, felicitaba Kilian Jornet a Karl Egloff, después de que el corredor ecuatoriano había impuesto una nueva marca de ascenso y descenso en la cumbre más alta América (6960 msnm). Desde que en 2014 Karl Egloff imponía un nuevo record en el Kilimanjaro (5891 msnm), su nombre y el de Kilian Jornet se ligaron con gran intensidad.
En los años 20 se desarrolla ampliamente la ya conocida como escalada libre, que limita las ascensiones al uso de pies y manos como método de progresión, y en 1926 se establece la escala de graduación de Wenzelbach, que cota la dificultad entre I y VI grado, considerando el VI grado como la dificultad máxima posible que se pueda acometer sin matarse. Teniendo en cuenta que por aquel entonces las cuerdas utilizadas eran de cáñamo, era obligado que el primero de cuerda no debiera caerse.