De la mano de Julen del OS2O Alpine Team inauguramos una nueva sección en el O-Blog. Un espacio dedicado a aquellos personajes que han escrito la historia del alpinismo y la escalada, algunos más conocidos que otros pero todos con historias a sus espaldas que no dejaran indiferente a nadie.
Introducción
Muchas somos las personas que nos vemos atraídas por las montañas, por ese inexplicable magnetismo que nos empuja a subirlas haciendo uso de todo tipo de técnicas y herramientas, desde las mas básicas ascensiones andando por senderos hasta seguir por afiladas aristas o verdaderas vías de escalada que exigen de un aprendizaje previo y una experiencia considerable.
Es difícil encontrar un montañero que no tenga como referente alguna gran figura del alpinismo, la historia de las montañas la escriben los pioneros, la gente que en un momento dado han roto las barreras y superado los obstáculos, técnicos, históricos o sociales que se interponían entre ellos y una simple cima.
Al igual que en cualquier ámbito humano, en el alpinismo sobresalen una serie de figuras que indiscutiblemente se han ganado un hueco en la historia y en las mentes de los que tímidamente tratamos de emular hazañas y encontrar nuestro camino.
Jim Bridwell (the Bird)
«Doubt is the enemy of success»
El primer personaje del que nos gustaría hablar se trata de un mítico escalador cuyo estilo, ascensiones y vida en general, no dejan indiferente a nadie. Con más de cuarenta años en activo y toda una leyenda a su alrededor, Jim Bridwell es también conocido como “el pájaro de Yosemite”, un personaje muy carismático que junto a grandes compañeros de cordada ha escrito la historia de la escalada en grandes paredes, y no precisamente a base de entrenamiento y practicas “saludables” dado que muchas de sus grandes historias dan a entender que se trata de un verdadero “hippie” de la vertical más que de un sacrificado escalador.
Comienza sus andanzas en Yosemite, a mediados de los años 60’s, siendo apenas un adolescente y aplicando el concepto de la escalada libre se hace un hueco entre escaladores locales, en una época donde el dominio de la escalada artificial era indiscutible dado que aun no se había producido la revolución que sentó las bases de la escalada actual. Poco a poco se fue convirtiendo en líder indiscutible de los escaladores que poblaban el valle a base de acometer ascensiones cada vez más audaces, expuestas y técnicamente en el límite de lo que entonces se podía llegar a imaginar.
Bridwell, ha sido un puente de unión entre dos generaciones, recogió el testigo de los años dorados de Yosemite, la epoca de los ingenieros aeroespaciales y escaladores (Royal Robbins, Yvon Chouinard, Chuck Prat, Douglas Tompkins, Tobin Sorenson, dice la leyenda que fue a escalar las tres caras nortes de los Alpes en pantalón vaquero) y los escaladores de la época psicodélica. De su mano, nacieron los Stonemasters, un grupo de personajes: Mari Gingery, Mike Lechlinski, Dean Fidelman, John Yablonsky, John Bachar (uno de los máximos exponentes de la escalada en solo integral), Ron Kauk, Lynn Hill. Este grupo de rebeldes, héroes de la contra-cultura americana de los años 70’s se guiaban por la única premisa de perfeccionar cada forma de la escalada en roca desde los bloques cercanos al mítico Campo 4 hasta liberar las grandes paredes del Capitán.
Bridwell lideraba a este grupo de triunfadores poco glamurosos, al ser el más veterano del grupo y mantener una estrecha relación con los Rangers del Parque (el pájaro colaboró en la creación de grupo de búsqueda y rescate). Guió a más de una generación de escaladores dónde la escalada era el eje principal de sus vidas, la razón de ser, y también la escala de medida. Los Stonemasters hicieron la transición de visitar el valle en verano a vivir en el valle durante largas temporadas, incluso años. Vivian en sus coches, comían lo que los turistas dejaban en las cafeterías (el llamado buitreo), hacían su propio equipo de escalada, destacando creación de Ray Jardine el friend, una protección que cambió al mundo de la escalada libre.
Bridwell: El Maestro
Jim Bridwell era realmente un escalador sobresaliente, Aquarium Wall, su primera gran apertura en Yosemite, fue cotada con un grado muy por encima de los estándares de la época, más aún para un “primerizo” mas conocido por las juergas continuas, donde los días y las noches se mezclaban con las escaladas sin descanso. Una época en que las habilidades estaban por encima del equipamiento, este actitud despreocupada, reflejo de los años 70’s en Estados Unidos, fue el ambiente que permitió germinar la evolución de la escalada de grandes paredes. Míticas ascensiones en el valle de Yosemite lo consagran como uno de los mayores escaladores de grandes paredes, época que culmina con una increíble ascensión sobre la cual merece la pena hacer hincapié, la escalada en el día de una de las vías mas sobresalientes que existen en El Capitán, la Nose.
De izquierda a derecha Billy Westbay, Jim Bridwell y John Long.
1975: Un día en The Nose
Hay que tener en cuenta la enorme magnitud de esta pared (880 metros de granito vertical), la mentalidad y materiales de la época y sobre todo, la increíble capacidad técnica que desarrolló junto a sus compañeros Billy Westbay y John Long (largo). Para esta ascensión tan sumamente rápida (aun hoy en día pocas cordadas son capaces de realizar tiempos inferiores a los dos o tres días de media que se tarda en subir la vía, el ascenso más veloz se encuentra en 2 h 23 min en manos de Hans Florine y Alex Honnold) podríamos pensar que midieron al milímetro el tema de avituallamiento y materiales aunque nada mas lejos de la verdad, tres tipos ataviados con camisas de flores, una pequeña mochila para el agua y todo el tabaco necesario para echarse un pitillo por persona y reunión, sin duda, toda una proeza que tardaría años en repetirse.
Fuera del Valle
Bridwell no deja indiferente a nadie en el mundo de la montaña, cuenta con un historial con mas de cien primeras ascensiones solo en Yosemite. Mientras muchos de los Stonemasters se quedaron en el valle, en busca del verano interminable, el pájaro salió de Yosemite a las grandes paredes en las grandes cordilleras, poniendo a prueba lo aprendido en el granito californiano, y siendo un pionero de la escalada alpina moderna.
Tras la proeza del Capitán, Bridwell acompañado de Steve Brewer, volvió a entrar en la historia del alpinismo tras ser los primeros en ascender en 1979 el hongo somital del Cerro Torre (3,128 m) en Patagonia, una montaña que es considerada de las mas bellas que existen y que es la viva imagen de lo que todos tenemos en mente si se nos pide imaginar una montaña. Bridwell y Brewer completaron una de las vías de escalada más polémicas de la historia, la vía del Compresor abierta (sin comprobar) por Alimonta, Claus y Cesare Maestri. Liberando todos los largos, salvo uno, realizaron un hito es la escalada, un verdadero ascenso pionero. La vía del Compresor fue liberada en su totalidad en Enero de 2012 por Hayden Kennedy y Jason Kruk, en el descenso retiraron 120 clavos de la vía, y con ello volvió la polémica al Cerro Torre. Para el propio Bridwell, este acto no está justificado del todo.
¿Que ocurre cuando se juntan el alpinista más talentoso de Estados Unidos con uno de los mejores escaladores del mundo? En 1981 Jim Bridwell y Mugs Stump (mentor de algunos de los mejores alpinistas, entre ellos Conrad Anker) completan la ascensión (en invierno) de “The dance of the Woo-Li Masters”, en la cara este del Moose’s Tooth, en Alaska. Entre sus ascensos fuera del valle se encuentran: el espolón oeste de Everest, La cara norte del Eiger, la cara este del Cerro Stanhardt (en Patagonia), Pumori (7145 m, en invierno), El sudario, en las Grandes Jorasses.
Bridwell: La leyenda
Bridwell pasará a la historia como uno de los últimos escaladores románticos totalmente enganchados a un estilo de vida cada día más incompatible con la sociedad actual, alejado de los focos y muy poco mediático. El estilo incomparable que define su relación con la montaña choca frontalmente con la manera actual de entender la progresión en este mundo vertical, lo cual pone de manifiesto que la historia en las montañas no siempre la escriben deportistas de élite, velocistas de la vertical con apabullantes “records” conseguidos a base de patrocinios y sacrificados modos de vida donde solo destacas si publicitas tu actividad.
Jim Bridwell: El hombre
A punto de cumplir 70 años (su bigote sigue desafiando al tiempo) el pájaro lucha por su supervivencia. En 2008 Bridwell sufrió un accidente escalando en Idaho, un evento que ha marcado una época menos exitosa para el pájaro. Fuera de las paredes Bridwell sobrevive gracias a una pensión, viviendo junto a su esposa Peggy (enferma). Un eterno renegado, un hombre que ha sobrevivido a las grandes paredes, ahora encuentra sus mayores desafíos fuera de la vida vertical.
No cabe duda que el estilo y las técnicas llevadas a cabo por Jim a lo largo de su carrera son referente para todos nosotros, y que aun no compartiendo esa forma de ver la montaña, no deja indiferente. Es por esto que como escalador completo y carismático no se nos haya ocurrido mejor homenaje que dedicarle esta primera entrada dentro de la serie orientada a alpinistas, siendo además muy recomendable la lectura de su libro «Historias de escalada» que recoge sus hazañas y vivencias a lo largo de los mas de cuarenta años que lleva en activo.
Referencias
Ament, P. (2003). Royal Robbins. El espíritu de una época. Madrid: Ediciones Desnivel.
Roper, S. (2002). Campo 4. Recuerdos de un escalador de Yosemite. Madrid: Ediciones Desnivel.
Willis, C. (2003). Al límite 2. Madrid: Ediciones Desnivel.
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