Ascenso exprés al Mont Blanc: un asunto de dopamina y aclimatación

El viaje en solitario a los Alpes ha sido producto de mi motivación por la búsqueda de una nueva experiencia, y sobre todo del libre fluir de la dopamina.

Domingo 30 de junio, 4:45 am. A las puertas del hotel des Lacs en Chamonix listo para iniciar la jornada, ocho kilómetros hasta Les Houches y luego 16 más hasta la cima del Mont Blanc (4810 m). Dos días previos al ascenso, reconocí los primeros ocho kilómetros del camino desde Les Houches hasta Plateu de Bellevue, después de este punto todo el camino era desconocido, por lo que la aventura me emociona bastante.

/La motivación de arriesgarse para conseguir un objetivo o una nueva experiencia se rige por el sistema dopaminérgico. La dopamina nos impulsa para avanzar mediante su efecto de brindar satisfacción al organismo tras conseguir un objetivo (Lauzon y Laviolette, 2010).). Siempre bajo la premisa que entre más riesgo tiene la actividad mayor es la dosis de dopamina./

Comienzo el camino con nubes bajas, sin viento y con una temperatura agradable. Es posible correr hasta llegar a  Plateu de Bellevue, tras tomar el camino que lleva a Nid d’ Aigle (2372 m y punto de partida de los ascensos guiados) me sorprendo de que la senda transita por una ladera y la inclinación permite que esta parte del recorrido se realice a un elevado ritmo, poco a poco comienzo a ver la morrena del Glaciar de Bionnassay. Tras cruzar una breve llanura, comienzan unas zetas siempre en ascenso, los bastones me permiten llevar un ritmo de trote  controlado, sigo subiendo hasta que las vistas del Glaciar me invitan a detenerme.

/El control de los efectos de la dopamina está a cargo de los autoreceptores, moléculas responsables en controlar la cantidad de dopamina que utilizamos, y sobre todo de controlar nuestro apetito por el riesgo. Estas pequeñas moléculas guardan una estrecha relación con las conductas adictivas. Inclusive, recientes investigaciones en el campo de la genética han identificado marcadores genéticos relacionados con la búsqueda de sensaciones. Para el equipo de investigadores de Cynthia Thomson (2012) una variante genética (llamada rs167771) en los receptores de dopamina está estrechamente relacionada con la búsqueda de sensaciones en esquiadores. Una baja cantidad de autoreceptores, es decir una mayor cantidad de dopamina que fluye libremente por el sistema nervioso central se presentaría en personas con una alta motivación por la búsqueda de sensaciones nuevas, como puede ser la práctica del alpinismo./

A los 2300 m una lengua de nieve atraviesa la senda por la que asciendo, al  ser un cruce en horizontal puedo continuar con las zapatillas y estando atento.  Unos metros más adelante la nieve ya cubre el camino, decido calzarme los crampones, he traído un modelo de 10 puntas con correas, un modelo recomendado para utilizarse sin botas rígidas. Las sensaciones son muy buenas, la fijación es total, no hay juego entre la zapatilla y el crampón, incluso puede correrse de forma cómoda, ha sido un acierto utilizar este modelo de crampón por encima de los microspikes. Puedo ver a lejos la presencia del refugio Tete Rousse (3167 m), así que me marco mi propia huella, hasta este momento llevo poco menos de cuatro horas, no me he cruzado con nadie más. La subida al refugio consiste en unas zetas cortas en las que se gana desnivel rápidamente, en este terreno es posible correr, si en un intento posterior se lleva mucha prisa, la nieve es profunda pero es se transita sin problema.

/La genética y la personalidad están estrechamente relacionadas con la búsqueda de aventura. Uno de los modelos más utilizados en el estudio de los rasgos de personalidad, el denominado Modelo de los Cinco Grandes Rasgos, perfeccionado por el Doctor en Psicología Lewis Goldberg, tiene como primer gran rasgo La apertura a la experiencia. Según el modelo un rasgo abierto a la experiencia se destaca por el aprecio por la aventura, el arte, la curiosidad, el desarrollo de ideas poco convencionales, y por encima de todo la búsqueda de la novedad por encima de lo conocido o habitual, acompañado de un desprecio por la rutina./

En el refugio hago una parada para hidratarme, con un litro de agua más y cinco euros menos comienzo el ascenso hacía el Gran Couloir (o la Bolera). El 90% de las fotografías que vi de la zona la zona se encontraba principalmente sin nieve,  ahora todo está cubierto. Durante el día anterior ha estado cayendo nieve desde la mañana hasta la noche y se nota en la densidad de la nieve, poco sólida. A mitad del cruce aparece un rio de nieve, en ocasiones no para de fluir nieve, simulando todavía más a una caída de agua. No he traído cuerda, he venido solo, tras dar un paso en la zona de “agua” el pie se me va, el crampón no agarra, el cable de apoyo se abre unos tres metros a mi derecha, y esos cuatro pasos hasta dónde la nieve vuelve a ser transitable, terminan con mi ascenso. Es muy arriesgado para mí, vuelvo al inicio del cruce y veo a un guía con su cliente cruzar, los cinco metros de cuerda que los unen les permiten cruzar aún si se les van los pies.

/La línea de que divide al riesgo asumible del no asumible, es dinámica, depende de las experiencias de la persona. El cerebro tiene un proceso de habituación al peligro y a los riesgos, que le permiten prolongar esa línea, algunas veces hasta límites que no son comprensibles. Este proceso de habituación-aclimatación al riesgo se realiza en el día a día, y está presente en un gran número de actividades cotidianas, como conducir. Esta habituación, hace que por momentos se baje la guardia ante situaciones potencialmente peligrosas, el sistema nervioso se relaja y se deja de prestar atención a los peligros, especialmente cuando esos peligros son los mismos y se ha estado expuesto a ellos durante tanto tiempo. La repetición del “juego” es peligroso, debido a la relajación del organismo, esto se debe a que no se puede estar en tensión las 24 horas del día, durante un tiempo prolongado./

Tras resoplar unas cuantas veces, tomo la decisión de comenzar a bajar, unos minutos mirando el terreno me permiten visualizar dos opciones para cruzar; pero ninguna de ellas garantiza el poder hacer el cruce de vuelta, son casi las 10 am, el sol comienza a situarse justo por encima del Gran Couloir garantizando que la caída de nieve no cesará.

El descenso lo realizo velozmente, es posible correr con los crampones, la fijación con la zapatilla es total, los tobillos se mantienen estables, me cruzo con alpinistas que suben al refugio, el primer tren del domingo ha llegado a Nid d’ Aigle.  Para no entorpecer su camino y no retrasar mi descenso abro mi propia huella. Al llegar a Plateu de Bellevue confirmo mi error de cálculo en la alimentación, ya no me quedan geles, y tengo hambre.

/No es adrenalina, es dopamina. La diferencia con la adrenalina reside en que la adrenalina está diseñada para hacernos reaccionar-escapar ante una situación de peligro, el golpe de adrenalina deja una cierta euforia, lo cual a través de las experiencias de las personas puede convertirse en una recompensa química (Zuckerman, 2007).  Por este motivo, que la adrenalina no es un motivador para la aventura y la exploración, debido a que la adrenalina tiene efectos inmediatos y breves, por el contrario la dopamina es constante. Por ejemplo el cerebro de un alpinista, dispara dopamina a lo largo del ascenso./

En la vuelta a Chamonix los últimos kilómetros se me hacen más “largos”, al llegar al hotel, tengo claro que material llevaré para el próximo intento, la ruta es más larga de lo que pensé (50 km aproximadamente con 3800 mD+ y su correspondientes negativos), por lo mismo es necesario conocerla y estudiarla, las fotos y las descripciones no permiten hacerse una magnitud real del recorrido. Sobre todo, ahora pienso que quizás no sea una ruta para hacerse en solitario.

/En palabras de Peter Gwin (2013) “tomar riesgos forma parte del legado de nuestra especie. Todos tenemos la motivación natural de sobrevivir y reproducirnos. Y satisfacer ambas necesidades requiere tomar decisiones que pueden conducir a que se experimenten resultados adversos. Y en esencia, de eso se trata el riesgo, la aventura”./

Volveré al Mont Blanc en agosto.

 

Referencias

Gwin, P. (2013) The mystery of risk. National Geographic, 223(6), 30–35.

Lauzon, N., y Laviolette, S. (2010). Dopamine D4-receptor modulation of cortical neuronal network activity and emotional processing: Implications for neuropsychiatric disorders. Behavioural Brain Research, 208(1), 12–22.

Thomson, C., Carlson, S., y Rupert, J. (2012). Association of a common D3 dopamine receptor gene variant is associated with sensation seeking in skiers and snowboarders. Journal of Research in Personality, 47, 153–158.

Zuckerman, M. (2007). Sensation seeking. In Sensation seeking and risky behavior. Washington, DC: American Psychological Association.

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1 comentario

  1. Buen intento!Pero tengo que decirte que yo creo que, si hay una ruta ideal para subir al Mont Blanc en solitario y en plan minimalista, es esta la mejor linea de ascenso.
    Lo digo porque la he subido dos veces y tengo experiencia en correr por alta montaña. Y, en un futuro, espero hacer un tiento en este estilo al Mont Blanc.
    No conozco las otras rutas, pero he leído mucho sobre ellas y me parecen todas mas difíciles y/o peligrosas para hacer en solo(grietas, rimayas, pendientes accentuadas…).
    Por otro lado pienso que no has tenido suerte con las condiciones, pero pienso que si te esperas unos pocos días la nieve se transformará o fundirá permitiéndote una ascensión mas segura 🙂
    Un saludo crack!

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