Ascenso exprés al Mont Blanc

La idea surgió en 2012 en compañía de mi amigo y mentor Manuel “Lolo” Díez… el plan era sencillo, subir el Mont Blanc (4810 m) en zapatillas. Un año después, y tras un invierno muy activo en el apartado del running-alpinismo me encuentro a las puertas de materializar la idea.

La ruta

Siguiendo la Route Blanche a 9 km de Chamonix se encuentra Les Houches, punto de partida, sus 1010 m de altitud recuerdan que la cima del Mont Blanc se encuentra a 3800 metros más de altura y a 16 km de distancia. Comenzando el ascenso por un bosque, ganando altura de forma constante la siguiente parada es Nid d’ Aigle (2372 m) tras 6 km de recorrido, esta primera parte es la que se puede correr, por la altitud, y por la ausencia de dificultades técnicas (nieve y hielo). Siendo Nid d’ Aigle la última estación del tren cremallera, a partir de aquí la ruta se “populariza”, en días de buen tiempo puede haber centenares de alpinistas (este verano habrá policías patrullando la ruta, con la intención de disminuir los accidentes por negligencias), desde aquí, en un día despejado se aprecia el refugio Gouter (3817m).  La zona del refugio Tete Rousse (3167 m) marca el punto en el cual los crampones se hacen indispensables, este año con una primavera “invernal” quizás tenga que calzarme los crampones desde más abajo.

Después se llega a la zona del gran Couloir, mejor conocido como la bolera, 100 m de travesía en diagonal en dónde se está expuesto a las caídas de piedras. La rapidez y la atención son clave para la seguridad, cruzar como si fuera Usain Bolt y concentrado como Bobby Fischer. Al ascender sobre una arista rocosa, el casco forma parte importante del material obligatorio, no obstante si la zona tiene suficiente nieve me favorecerá ya que subiré sin casco. Intentaré reducir el riesgo de que alpinistas delante de mí me envíen “misiles”, cruzando ese tramo del recorrido antes de que llegue el primer tren con la oleada de alpinistas.

Tras superar la arista, para mí, la parte técnica del ascenso desde el punto de vista de la inclinación, siendo necesario el uso de las manos, con la presencia de nieve y hielo el piolet será indispensable para progresar y en caso necesario de adelantar (llevaré uno muy ligero, solo 260 gr, tan ligero que mi desayuno pesará más que el). Al final de la arista se llega al refugio Gouter parada obligada para hidratarse, comer (si aún no hay nauseas por la altura)  y prepararse para la arista de les Bosses. La Aiguille du Gouter (3863 m) es la frontera con la zona de exposición, y uno de los últimos puntos para evaluar la situación o lo que es más preciso para ser consciente de que al viento y al frío no le importan los deseos mundanos de los ascensos rápidos y ligeros.

Este es un punto clave de la ruta, Javier Rodrigo (corredor y ciclista de gran nivel) y Carlos Sá (recordman del Aconcagua y corredor de montaña de élite) sufrieron ya en 2012 el recibimiento del viento y tuvieron que darse la vuelta. De la experiencia de Javier, confirmo mi decisión de llevar crampones flexibles de 10 puntas en lugar de los crampones para correr, la seguridad es sinónimo de velocidad.

Si las condiciones son las adecuadas se sobrepasa la barrera de los 4000 metros, el siguiente punto de referencia es el Bivoac Vallot (4362), mejores alpinistas que yo no han podido volver de esa arista. Aquí comienza uno de los itinerarios de más belleza de la ruta, una larga arista con rampas que acercan de forma constante hacia la cima del Mont Blanc, con aproximadamente 5 km de longitud, lo considero la parte más expuesta del recorrido, pese a no ser una arista especialmente estrecha, el patio que tiene a ambos lados es importante, el llevar crampones “de verdad” me dará gran seguridad en caso de necesitar adelantar. Correr a esta altura es posible, con una buena aclimatación, no obstante el terreno requiere el moverse de forma ágil por terreno de alta montaña. Por la exposición al viento y debido a que iré muy ligero en material (2.5 kg), seguiré la premisa Twight, “tienes que llegar hasta arriba o bajarte al primer signo de que algo, por pequeño que sea, vaya mal”, la propia altura y lo largo de la arista hacen que aún la bajada a terreno menos expuesto requiere el 100% de mi atención. La arista continúa hasta la cima del Mont Blanc.

El descenso será uno de los momentos más entretenidos, haciendo a la vuelta la totalidad del camino ascendido; pero aprovechando la ayuda de la gravedad. El cruce de vuelta de la bolera será igual de delicado que en la ida. Un recordatorio de que la aventura no termina hasta que no este de vuelta en Les Houches, siendo más preciso hasta que no este de vuelta en mi habitación de hotel en Chamonix. En Nid d’ Aigle, si estoy dentro del horario del tren, me veré tentado por la posibilidad de bajar sin mover las piernas, en favor de la aventura esta que el viaje en tren no es particularmente barato y que yo no iré sobrado de dinero, con lo cual me lo pensaré más de tres veces antes de subirme. La aventura se resume en un recorrido de 30 km con 3800 mD+ y sus correspondientes negativos, con 5 km de recorrido por encima de los 4000 m. Este será un viaje de “placer”, el objetivo es vivir la experiencia y recabar información in situ para un ascenso posterior.

Skyrunning en el Mont Blanc

Respecto a los ascensos de velocidad que tiene el Mont Blanc  se encuentran los de los franceses Stéphane  Brosse y Pierre Gignoux, con salida en Chamonix, necesitaron 5 horas 12 minutos para subir y bajar (esquiando)  el techo de los Alpes.

 

Recientemente, Mathéo Jacquemoud (el presente y el futuro del esquí de montaña) estableció un nuevo récord sobre la misma ruta necesitando 5 horas y 6 minutos para subir y bajar. El atleta de las montañas Kilian Jornet tiene el itinerario entre sus futuros proyectos, probablemente con ello se establezca un nuevo record. El propio Kilian ya ha realizado esta ruta (en pantalón corto) en diversas ocasiones; pero sin ningún récord oficial. Inspirado por Kilian, Lucas Boix completó el ascenso-descenso del Mont Blanc en once horas y media,  con unas condiciones que el propio Boix describe como “ni una nube, nada de viento y solazo espectacular”, sin duda unas condiciones ideales para materializar un sueño que ronda la cabeza de muchos corredores-alpinistas.

 

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6 comentarios

  1. Hola Oswaldo, ¿Llegaste a subir y poder completar la ruta?

  2. Preciosa y muy útil descripción. Este verano querríamos atacar la cima en este mismo estilo. Espero que cuentes como fue la aventura.
    Saludos

  3. eduardo rivera

    GUSTO VER COMO VAS ASCENDIENDO MONTAÑAS,SINO TAMBIEN EN ESPIRITU…..SALUDOS DESDE EL DESIERTO

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