Por Claudia Gutiérrez del OS2O Trail & Skimo Team
Cuando empezó el confinamiento solo pude pensar: “¡oh no, los entrenamientos, las carreras! ¿Qué voy a hacer ahora? ¡y el monte, tanto tiempo sin ir al monte!” Creo que es un sentimiento egoísta que debió de asaltar a todos los corredores de trail. Sin embargo, poco a poco los nervios se relajaron, nos percatamos de que era lo mejor para todo el mundo y lo aceptamos con resignación.
Una vez asimilado nuestro destino incierto sin fecha para finalizar, nos bloqueamos pensando “¿y cómo entreno en casa?”. Alguna gente tiene rodillo, magnífico para hacer cardio durante horas sin lesión, otros tendrán la cinta, ideal para no perder el hábito de la carrera, pero otros… ¡otros no tenemos nada!
En mi caso soy de un pueblo muy pequeñín de Asturias, La Vega de los Caseros, en Cangues d’Onís, zona bien conocida por sus montañas, los Picos de Europa. A unos metros de mi casa se pueden ver las cumbres, unos días nevadas, otros cubiertas de niebla impenetrable, otros anaranjadas por la luz del atardecer… ¡Pero no me voy a enrollar describiéndolas en estos días en los que no podemos sentir sus rocas bajo los pies porque podría estar horas! mi objetivo, en este post, es explicaros cuál es mi método de entrenamiento en casa.
Soy filóloga, así que la idea que tengo de entrenamientos se basa meramente en la experiencia y autodidactismo. Entreno “a mi aire”, dependiendo del tiempo libre que tenga cada día y de mis sensaciones, así que, con mucha probabilidad, mis rutinas de trabajo no sean perfectas. Sin embargo, en estos días monótonos y rutinarios, intento buscar unos entrenamientos que me gusten, me cansen y me relajen, sin pensar en el siguiente objetivo deportivo puesto que todos los cercanos han sido cancelados.
En este momento la meta es intentar perder el mínimo de forma posible y aprovechar lo positivo de esta situación: potenciar aquellos aspectos menos desarrollados en mi cuerpo, en mi caso la fuerza y la flexibilidad.
Mi rutina se asemeja a la de muchas personas. Por la mañana trabajo telemáticamente con mi alumnado y al terminar todas las tareas (sobre las dos) comienzo a entrenar. Esto implica que coma tarde, pero siempre hemos almorzado sobre las tres en mi casa y me permite hacer dos sesiones de entrenamiento que hacen que tenga el cuerpo más activo, considero que es más positivo que realizar solo una de mayor longitud.
Esta primera sesión la dedico a actividades de musculación. En internet encontramos muchas herramientas al alcance un solo clic. Eso sí, cuidado porque no todo vale e incluso puede llegar a ser lesivo o contraproducente. Lo mejor, buscar profesionales cualificados en ciencias del deporte que nos aseguren rendimiento, diversión y salud. Personalmente, me gustan las rutinas del youtuber y trail runner Javier Ordieres, ya que todas las semanas hace un plan de entrenamientos para la cuarentena sin material adicional salvo pesas (que pueden ser sustituidas por un kilo de arroz o garrafas) y específicas para trail. Así, cada día tienes unos ejercicios diferentes que trabajan varias partes del cuerpo. Además, tener un monitor, aunque sea virtual, fomenta la motivación, por lo menos en mi caso, y la sensación de tener una guía para la semana es en cierto modo tranquilizador. Os adjunto enlace a su canal de youtube.
Si observáis el canal, os daréis cuenta de que casi todas las rutinas son breves, normalmente entre 20 o 30 minutos. Como las competiciones en las que participo son de larga distancia intento realizar trabajos de mayor duración, (dentro de lo que cabe) así que muchos días las hago dos veces (para completar una hora de trabajo) o una vez terminadas me centro en ejercicios de core, sobre todo practicando pilates, actividad que llevo realizando un año y con la que he obtenido muy buenos resultados en la carrera. Para la realización de pilates sigo a esta monitora: Inspire&Pilates (en esta actividad considero muy importante una guía que te marque la respiración correcta en cada gesto).
Después de comer toca estudiar las oposiciones, así que de cuatro y media a siete y media intento concentrarme y abstraerme. A las siete y media vuelve “la marcha” con ejercicios más aeróbicos. Para realizarlos intento aplicarlos a la carrera, trabajando la técnica como calentamiento y así no perder la forma o incluso mejorarla (al menos esa es mi esperanza). Os adjunto un vídeo de técnica que, cuando aprendes los ejercicios, puedes repetir para cada calentamiento.
Una vez que caliento hago entrenamientos hit, gap o aprovecho las escaleras de casa para hacer “gradas”. Son 14 escalones que subo y bajo como una loca de diferentes maneras: a la pata coja, pies juntos, zancada larga, haciendo sentadillas, haciendo skipping, sentadilla lateral… Estos ejercicios son exigentes aeróbicamente, mejoran nuestra técnica de carrera y fortalecen, incluso puedes añadir peso, poner la mochila de trail y llenar un camelbak con agua para simular tanto el peso como las sensaciones de la carrera ¡Si tuviera una comba me encantaría hacer ejercicios con ella, pero por más que busco no logro encontrar la que usaba con 10 años para saltar durante horas! Y la de escalada de diez metros no me parece apropiada…
Otro de mis ejercicios es imitar la carrera durante largo tiempo, más o menos una hora, variando ritmos y técnicas, usando peso (con la mochila) y, para motivarse siempre se puede poner de fondo vídeos de carreras míticas, o de aquellas que son un objetivo deportivo (y que todavía no se han cancelado) para poder acercarnos, aunque sea de manera secundaria, al recorrido. Por ejemplo, tenemos este documental de la Ultra de Valle de Tena con unas imágenes preciosas del recorrido que nos ayudarán a transportarnos un poco a los Pirineos y que nos harán la boca agua, o nos ponemos una subida al Aizkorri de la Zegama si queremos subir pulsaciones e imitar el ritmo de los y las grandes. También podemos acercarnos a la Travesera, que no puedo dejar de mencionar porque es mi favorita y una carrera que nunca se deja de entrenar y siempre está en la mente de quién la va a correr.
Tras este entrenamiento de entre una y dos horas hago una vuelta a la calma con ejercicios de yoga con los que pretendo potenciar la flexibilidad y la movilidad articular, normalmente le dedico entre quince minutos y media hora a estos ejercicios. Como mis isquiotibiales y cadera tienen la flexibilidad de una tabla no es la actividad que mejor se me dé, pero precisamente por ello considero que es importante practicarlo, ya que nos puede ayudar a prevenir lesiones.
Todas estas rutinas de trabajo las acompaño de cierto cambio en mi dieta, intentando consumir menos carbohidratos, ya que el gasto de energía estos días es mucho menor que en la vida cotidiana: no es lo mismo estar de pie toda la mañana dando clase que sentada tras una pantalla, ni pasar deliciosas horas y horas en la montaña los sábados y domingos que hacer estos entrenamientos dos o tres horas diarias. Y tengo un buen resultado: ¡he reducido casi al máximo mi adicción al chocolate!
Recordad que siempre tendremos las montañas de nuestra mente que son infinitas y que nos sacian las ansias de volver a la naturaleza. Volveremos a ellas con más ganas que nunca, nuevos proyectos, admiración y amor puesto que, ¿no se dice que en el amor echarse de menos es fundamental?
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