Por Miquel Mas del OS2O Alpine Team
Aventura realizada del 18 al 20 de Julio de 2020…. viajemos un poco atrás en el tiempo:
El verano ya ha llegado y el cuerpo empieza a necesitar su dosis de alpinismo urgente. Son tantas las vías que año tras año se van acumulando en el baúl de los deseos, lo cual, se hace difícil de gestionar. Me paso todo el año soñando con las “grandes courses” que gobiernan el circo alpino del Montblanc y alrededores. Hay que ponerse el mono de trabajo y empezar a subir por uno de estos «rutones», aunque solo sea por intentarlo.
Este año contamos con la peculiaridad de estar inmersos en esta pandemia que nos acecha a nivel mundial. No obstante, tomando las medidas sanitarias recomendadas y con mucho cuidado, podemos seguir jugando a este juego tan brutal que se llama alpinismo.
Como ya va siendo una tradición durante estas fechas, me pongo a mirar las webs de meteorología como un obsceno e intento interpretar como estará el tiempo a unas semanas vista. Cuando me decido y me autoconvenzo de que soy el “hombre del tiempo” de la televisión, compro un billete de avión para Ginebra y acto seguido el tiquet de bus hacia Chamonix.
La estancia en Alpes de cada verano es cortita, solo dispongo de siete u ocho días y siempre nos la jugamos todo a una carta. Hay que aclimatarse, preparar la logística, pillar buena meteo, tener el valor de meterte en semejante movida y escalar la ruta. Todo esto en muy pocos días… ¡Ya empieza el estrés!
Una vez ya estoy en Chamonix tomando una cerveza con mis amigos Marc Subirana y Amaia Agirre nos ponemos a hablar para decidir que ruta nos motiva más. En esta ocasión, la idea estaba bastante clara. Queríamos subir una pared que lo tuviera todo: roca, nieve, hielo, aislada… y que además fuera de las que te deja huella dentro. De las muchas paredes conocidas hay una que lo cumple todo, las GRANDES JORASSES ¡buah! ¡Este nombre me intimida!
Pues así es, nos disponemos a escalar la aislada y poco concurrida cara este de las Grandes Jorasses por la vía GROUCHO MARX.
GROUCHO MARX 800m (7b/A3, 6b+/c oblg)
Una vía majestuosa, preciosa, en un lugar tremendamente brutal. Tiene una combinación de escalada en roca de Big Wall y de escalada en mixto que hace que sea una vía supercompleta en todos los sentidos. ¡Puro alpinismo! Abierta el año 1983 por los hermanos Delisi.
La aislada cara este de las Grandes Jorasses conserva un carácter auténtico. Está en la vertiente italiana, no hay teleféricos ni trenes y hay que salvar todos los desniveles a pie. Esto hace que a priorí la actividad sea un poco más farragosa comparándola con las del valle del lado opuesto, Chamonix.
La aclimatación siempre es demasiado rápida, tenemos mucha prisa, hecho que a veces pasa factura más adelante. Hicimos un par de paseos exprés en altura por la Aguille du midi hasta el Tacul y alrededores.
APROXIMACIÓN
Lavachey – Refugio Gervasutti
Si estamos en Chamonix hay que pasar el túnel del Montblanc en sentido Courmayer hacia Val Ferret. Desde Lavachey a 1.642m de altitud hay que continuar hacia Arnouva, girar a la izquierda y cruzar un puente sobre el Dora de Hurón. Después hay que seguir a un camino señalizado con pintura amarilla que cruza un bosque y continua por la ladera del glaciar de Fréboudze. Seguir el camino con tendencia a la derecha (marcado) hasta llegar al espectacular Refugio Gervasutti a 2.835m. Es como una nave especial empotrada a la roca con unas vistas alucinantes. Contad más o menos con unas 3 horitas subiendo tranquilamente.
R.Gervasutti – Pie de vía (Col.Hirondelles 3.450m)
Importante visualizar el recorrido del glaciar el mismo día que se llega al refugio con la luz del día. Hay que salir de noche y puede costar orientarse, ya que el glaciar es gigantesco. Vigilar no salir mucho a la derecha, nos podemos liar porque sería el camino que va a las Petites Jorasses. Hay que ir con tendencia al glaciar de la izquierda. Sortearemos bastantes grietas y a ratos se pone bastante tieso hasta el Col. De las Hirodelles. Tendremos que superar una rimaya curiosa y ya estaremos al pie del zócalo de roca. Contad de 3 a 4 horas sin perderse en el glaciar.
MATERIAL
- 2 cuerdas de 60m + 1 cordino auxiliar.
- 1 piolet técnico para cada uno (si el que va de primero va con 2 mejor).
- Crampones.
- 2 juegos de Friends del #0,1 al #3.
- 1 juego de tascones variado.
- 3 o 4 pitones variados (nosotros NO pusimos ningún clavo).
LA VÍA
LA ESCALADA
Después de toda la aproximación desde el R. Gervasutti hasta el Col.Hirondelles (nosotros nos desorientamos en el glaciar y perdimos más de una hora) ya estábamos montando una reunión en la roca, a pie del zócalo. ¡En este punto se puede ver como sale el sol por detrás del Cervino, sinceramente brutal!
El zócalo son unos 200 metros, con una dificultad máxima de V y bastantes tramos de IV. Cuando se llega a lo que sería el espolón izquierdo del zócalo (un poco más arriba de cota del pie de pared principal) veremos uno o dos rápeles precarios montados con cordinos. Escoger el que más os guste. Es solo un rápel de unos 30 o 40 metros y después destrepar a izquierdas. ¡PELIGRO! ¡Este es el punto más delicado de la vía, no por la dificultad sino por la caída de piedras! Después de destrepar hay que hacer una travesía a la izquierda de II o III grados que nos llevara a pie del paredón. ¡Es una travesía que está superexpuesta a la caída de piedras! Hay como una canal vertical de roca suelta que viene desde muy arriba de la arista clásica de las Hirondelles. Por esta canal caen muchísimos bloques de piedra cuando toca el sol o cuando los alpinistas que suben por la arista los tiran.
En nuestro caso, justo después del rapel ya tocaba el sol y (aparte alguna cordada de la arista tiró piedras) empezaron a caer una lluvia brutal de centenares de bloques que caían por todos los sitios, a 2 metros, a 1 metro, piedras contra el casco, ¡era una lotería de verdad! Nos asustamos muchísimo y cuando pudimos, volvimos a subir por las cuerdas del rápel hasta el espolón para resguardarnos de la caída de piedras. Después, con una frecuencia impredecible iban cayendo piedras, primero cada 5 minutos, después cada 30 minutos, después todo el rato, después cada hora… Al final decidimos quedarnos allí durante más de 10 horas esperando hasta que el sol dejara de tocar, e hicimos el rápel y la travesía sin caída de piedras hasta el pie del paredón ¡uff…! ¡Salvados! Que mala suerte y cuánto tiempo perdido… Esa noche que hicimos en el pie de la pared no la contábamos, tendríamos que racionar la comida.
El día siguiente fue el mejor. Muy tranquilamente nos levantamos y empezamos a escalar la pared con los primeros rayos de sol, ¡qué gustazo! ¡¡Y qué roca más buena!! Como información, las reuniones 1, 2, 3, 4, 5, 9 y 10 hay que montarlas, las reuniones 6, 7 y 8 están equipadas con spits o clavos.
Yo tenía la ilusión de hacer el largo del techo de 7b/A3, y Subi y Amaia me dejaron hacerlo. ¡¡Es un largo que tiene un ambientazo acojonante, de roca superbuena y pasos preciosos!!
La siguiente parte son largos fantásticos también, como si estuvieras escalando el gran Capuccin… El largo núm. 6 es un diedro muy técnico de precisión de pies brutal. Antiguamente había dos coopers. Ahora no están y hace que el largo sea mucho más obligado de escalar ¡Amaia se lo curró mucho!
El largo núm. 8 sube por un «techito «explosivo de 7a o A1+ superbonito, la reunión está unos metros a la izquierda.
El largo núm. 9, es de placa con un tramito obligado de regletas, pero se hace bien, después hay que ir a seguir todas las fisuras.
En el largo núm. 10 y último de la pared principal antes de pillar los mixtos hay que subir con tendencia a la derecha por unas fisuras, pero en un momento dado se tiene que girar a la izquierda (IV) y montar reunión en la repisa/vivac, punto de inicio de los mixtos.
Aquí terminan las dificultades de escalada en roca y empieza un largo tramo de mixto bonito de unos 250 metros que desemboca a la Cumbre de la Punta Walker a 4.208m.
En este punto aún teníamos tiempo de subir hasta la cumbre, pero con la temida bajada que se nos haría de noche y ninguno de los tres la conocíamos. Así, decidimos quedarnos a dormir en la repisa y gozar de ¡un vivac espectacular a las Grandes Jorasses!
El día siguiente amaneció con mucha niebla y en algunos puntos nos costaba orientarnos, pero Subi es como un GPS y siempre encuentra el camino. Todo este tramo de mixto no tiene mucha dificultad, se hace más o menos rápido si pillas el buen recorrido. La tendencia es subir recto por unas canales de hielo y roca, al cabo de un rato ir ligeramente a la izquierda hasta llegar a los últimos metros de la Arista Tronchey.
Una vez aquí ya pillamos el hongo de hielo somital que se puede rodear fácilmente por la izquierda y al cabo de pocos minutos ya estamos en la Cumbre de la Punta Walker a 4.208m.
DESCENSO
Esta es una de esas cumbres en las que te estás haciendo la foto en la cima, pero todavía con la preocupación de saber que no te puedes relajar, todo lo contrario, hay que concentrarse a fondo. Queda un descenso terrible de 2.600m de desnivel hasta Planpincieux que es donde tenemos el coche aparcado. El descenso es la ruta normal que sube a la Punta Walker. Las dificultades son los primeros 1.400m de desnivel, de la cumbre hasta el Refugio Boccalatte. Es una auténtica burrada de destrepes, saltar grietas, poner y sacar crampones, rápeles… si no te lo conoces es bastante lioso.
Desde la cumbre tienes dos opciones. La primera es bajar recto hasta unas rampas de roca y nieve hasta un plato que atraviesa por debajo el gran serac (hay que pasar rapidito). La otra opción es seguir la arista hasta la punta Whymper y bajar por el espolón. Nosotros hicimos la primera opción, la del serac.
Después, con paciencia, vas bajando tranquilamente con alguna rimaya, algún rápel, destrepes… Hasta llegar al Refugio Boccalatte.
¡Una vez en el Refugio ya sí que te lo crees! Solo te quedan 1.200m de desnivel que se hacen interminables, pero el camino es precioso y el paisaje parece sacado de un cuento de hadas. Cuanto más se acerca el pueblo más felicidad te recorre por el cuerpo… Estamos muy muy cansados, pero ¡qué alegría!, te vas girando y vas viendo cómo se aleja la cara sur de las Grandes Jorasses, ¡qué sensación más bonita, lo hemos conseguido!
¡Viva la vida!
Juan Manuel Briseño Cerda
A la Montaña vamos sin ser invitados por ella, nos auto invitamos, por eso la preparación y el respeto van de la mano. El montañismo el deporte o actividad que no tiene espectadores, ni marcadores, ni puntos a favor o en contra. La meta ( el gol) es uno mismo.