Por Oscar Sanmartín del OS2O Alpine Team
Ritual ordesiano como otros días de fin de semana de verano. Madrugón monumental, desayunar sin apetito con la cena anterior todavía en el estómago, sobredosis de café, conducir de madrugada por las carreteras de Ordesa, viajecito en autobús y caminata sudando por el bosque hasta la pared. Este ritual lo venía repitiendo varias veces el último verano y podría decir que me había acostumbrado, que había pasado de vivirlo emocionado como parte de una aventura a vivirlo impasible como quien coge el autobús para ir al trabajo, pero hoy es especial. El gusanillo y los nervios están casi como el primer día que escalé en Ordesa pero es por una buena causa. Nuestro objetivo hoy es Racs, en la pared de la cascada de Cotatuero.
Racs es una vía de Ordesa que como muchos otros escaladores tenía mitificada. No por sus 400 metros de pared, la mayoría desplomada, ni por su dificultad máxima de 7A+, que comparte con otras muchas vecinas. Racs es una vía que merece estar mitificada por su estilo, por su calidad, por su ética, sus aperturistas, por el entorno… hay mil motivos pero cuando hablaba con alguien que la había escalado antes notaba que se había enamorado de esta vía “es la joya de Ordesa” “es otra dimensión” “es lo mejor que he escalado” “¡brutal!” “ni un seguro fijo entre largos” . Y claro con éstos comentarios viniendo de gente con alto nivel de escalada uno se va imaginando que está ante un viote de los que se recuerdan toda la vida.
Una gran vía legado de un gran escalador
Una de las cosas que más marca el carácter de Racs es la figura del padre de la criatura, el prolífico escalador madrileño Jesús Galvez. Ha sido una de las mayores referencias de la escalada en España en los años 80 y 90, impulsor de la escalada en libre de dificultad ha dejado su huella en sus aperturas por toda la península y en sus escaladas por medio mundo. Con una fuerte ética de su estilo ha sido un gran defensor del estilo limpio en la escalada, minimizando el uso de seguros fijos, sobre todo expansivos en la pared, y priorizando la escalada en libre al uso de la escalada artificial. Sus vías son una buena muestra de ésta filosofía con apenas seguros fijos en los largos, buscando siempre las debilidades naturales que ofrece la roca tanto para progresar como para protegerse. Al fin y al cabo la filosofía que marcó promueve que es el escalador el que ha de adaptarse a la pared y no la pared la que se ha de adaptar al escalador. En Ordesa encontró uno de sus terrenos de juego favoritos y muchas excelentes vías recogen éste estilo como Edelweis, Géminis, Alicantropía, Heroína… pero en Racs encontró una línea perfecta. Recta, de dificultades mantenidas, impresionante calidad de la roca y abundante en fisuras para la autoprotección.
Dos cosas tenía claras por la información que teníamos, que la vía era muy muy buena y que había que ir fuerte. Así que habiendo rodado esa temporada en varias vías de Ordesa antes, allí estaba con mi compañero de cordada favorito (mi hermano) y mucha motivación dispuestos a pasar un gran día.
Para localizar el inicio de la vía basta con identificar la característica fisura del 2º largo e ir hacia su base, hay una marca de inicio de la vía pero está bastante desgastada.
El comienzo es fácil los primeros 25 metros, luego la verticalidad cambia y comienza el festival de pasos atléticos, largos y normalmente con presas generosas. Como en los demás largos de la parte inferior, las fisuras y agujeros para proteger perfectamente con friends abundan y junto a la buena calidad de la roca no supone un reto psicológico mayor que cualquier otra vía de Ordesa. El segundo largo, la característica fisura/diedro es uno de los mejores largos del Pirineo. Son unos 40 metros, gran parte de ellos por una enorme fisura que pone a prueba todos nuestros recursos de empotramiento de manos, técnicas de progresión en bavaresa y diedro donde con toda seguridad llegaremos con las manos sangrando a la reunión, una delicia para los nostálgicos de Indian Creek.
El tercer largo sigue recto y nos exigirá buen olfato para resolver los movimientos de los dos pasos de bloque. El cuarto largo, el más exigente físicamente nos mantendrá los últimos 20 metros con los antebrazos ardiendo al borde del fallo con mucho aire bajo los pies en un ambiente desplomado idílico.
Y respecto a los tres largos restantes es importante no menospreciarlos. No tienen la dificultad mantenida de 6c a 7a de los primeros largos pero en el aspecto psicológico pueden resultar igual de exigentes ya que ni son tan rectos, ni tienen tan buena roca, ni se puede proteger de la posible caída tan fácilmente como en sus predecesores.
Solo una vez salgamos de la pared podremos cantar victoria en un paisaje y ambiente único como es la zona de la faja de las flores de Cotatuero. La gran cascada, el abismo entre las paredes de Fraucata y Gallinero, los neveros que bajan del Taillón y el casco de Marboré, edelweis, sarrios… no se puede pedir un escenario mejor para una vía como ésta. Por su entorno y su escalada Racs es una joya de la escalada clásica de una calidad difícilmente igualable. Si existe la posibilidad de preparase para tener el nivel físico y técnico suficiente para escalarla es del todo recomendable no perder la oportunidad y disfrutar de una de las mejores vías y recuerdos que la escalada clásica en España nos puede ofrecer.
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