En esta ocasión os prestamos tres relatos breves sobre algunas de las muchas historias que nuestros embajadores y amigos de OS2O han vivido sobre la nieve y el hielo.
Fiebre de sábado noche
Por María José Payno
Cuando inocentemente yo, que me apunto a todo, me inscribo con Oswaldo, Lolo y Manu al Gran Premio Ternua Snow Running Sierra Nevada, no sabía lo que iba a significar para mí esta experiencia.
Imaginaba una “carrerita” nocturna de 12 km y 800 metros positivos, por nieve y constantemente por encima de 2000 metros de altitud. Era el entrenamiento perfecto y lo pasaría fenomenal con unos buenos amigos. Nunca había sido consciente de la dificultad de respirar en altura, del esfuerzo físico que supone tan solo mover las piernas que pesan como maderos. Solo ese esfuerzo me dejaba sin aliento.
El día de la carrera había ventisca, niebla y hacía mucho frío, con sensación térmica por debajo de los cero grados. Pero tenía que intentarlo. Mi mantra era: “Dos horas de sufrir y no pensar. Si abandonas no pasaba nada.” Además era mi primera experiencia en estas condiciones y el premio era acabarla. Durante el briefing informaron la modificación del recorrido por la climatología: un circuito con una vuelta de 6 km la segunda de 4 km se haría si no peligraba la seguridad de los participantes. En la salida me situé en la parte media del pelotón así estaría siempre con gente. Sin darme cuenta en ese mi momento, mi mantra se convirtió en “si abandonas no pasa nada”. Y así hice la largada.
Mi peor momento psicológico, en el que sentí pánico, fue en la primera bajada: no veía a nada ni nadie. La sensación de soledad hizo que mi cabeza me envolviera en una nube de negatividad. Pero controlé porque no quería defraudar. Ahora el mantra era “corre, abajo acaba todo”, estaba segura de que no habría segunda vuelta. Pero si la había. Durante 30 segundos vacile. Al final agarre unas golosinas y continué sin pensar más (tuve que chupar los guantes porque cometí el error de no beber nada y mi agua estaba congelada). Esta subida se hizo eterna. Para evitar las sensaciones de la primera bajada, enganche con un grupo de chicos y llegue a meta con ellos.
María José Payno tras finalizar la carrera
Hoy afirmo, sin dudarlo, que la volvería a correr. La FELICIDAD que sentí al cruzar el arco de META fue como un PODIO. Esta experiencia me confirmado que soy capaz de gestionar una situación complicada, capaz de controlar mi cabeza y de no abandonar a la primera que se complica un poco la situación. Además muy contenta con mi noveno puesto en la clasificación absoluta femenina.
De Madrid al pódium
Por Álvaro Sumozas
Para los madrileños el viaje con destino al Vall de Nuria, para correr el campeonato de España por equipos , empezaría el sábado 5 de abril a las 7:30 de la mañana y en el que nos esperarían algo más de ocho horas de viaje compartiendo furgoneta con el resto de integrantes de equipo, entre ellos mi compañero Antonio Alcalde.
A las 3:30 llegamos a Queralbs, allí cogimos el tren cremallera para llegar a la estación de esquí, donde asistimos al briefing. Después nos dirigimos al albergue para preparar todo el material obligatorio e hidratación y encerar los esquís. Cenamos y dimos lugar a algo de ocio jugando al “futbolín” con el resto de selecciones hasta que llegó la hora de irse a la cama. Al día siguiente nos levantamos a las 6:30 para desayunar con tiempo suficiente y a las 8 estábamos listos para empezar a calentar y ver la salida y algo de la primera bajada. A las 9 se dio la salida, se empezó a un ritmo asequible, ya que nos esperaban 2.100 metros por delante.
La primera parte de la subida era por pista para alargar el grupo y después entramos en la huella, un principio un poco caótico, nieve dura, mucha gente y sólo dos huellas. Tras lograr hacernos un hueco, consigo llevar un ritmo constante gracias a Antonio, que mantendríamos hasta acabar los 800 metros de desnivel positivo de la primera subida, llegar arriba y realizar un buen cambio de pieles para iniciar la bajada, rápida con la nieve dura y en algunas zonas costra, pero muy fácil por palas amplias, exceptuando dos zonas. Llegamos al primer cambio de subida, que coincidía con la meta y la salida, e iniciamos la segunda subida de 700 metros, que empezaba más llana, y a la mitad nos encontramos una zona en la tuvimos que portear los esquís, un pateó de apenas cinco minutos, y, antes de terminar la subida con esquís, aproveché para tomar un gel que me dio mi compañero para coger algo de las kcal perdidas y no bajar el rendimiento, pues llevábamos un buen ritmo. Iniciamos la bajada, también muy rápida, pero al final de la que comenzaron los primeros problemas musculares con calambres en las piernas.
Fue en la tercera y última subida de 600 metros donde las fuerzas ya empezaron a faltar y los últimos metros de desnivel se hicieron muy duros, aunque conseguí superarlos gracias a los ánimos y la ayuda de Antonio. Tras coronar iniciamos la última bajada, la más larga, con 900 metros desnivel negativo, donde los calambres dieron problemas y se me hacía difícil girar, pero gracias a que las bajadas no eran técnicas ni requerían de gran fuerza pudimos completar sin perder puestos en la general, y acabamos traspasando la meta completando todo el desnivel en 2 horas y 39 minutos, y ocupando el primer puesto en Sub-23 y el 16º de la general.
Thanatos en Gavarnie y nuestra particular guerra santa
Por Juan Korkuerika
Gavarnie es uno de esos sitios que tienen una magia absorbente. Un circo de dimensiones colosales dominado por algunos tresmiles del Pirineo. Allí encontramos los Astazous, el Marboré, los Picos de la Cascada, la Torre y el Casco de Marboré. Gavarnie es una parte importante del Parque nacional de los Pirineos y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Un circo verde, florido y con grandes cascadas de agua en verano que se transforma en un paraíso helado en los meses más fríos del año donde los escaladores gozamos con unas cascadas de hielo que nada tienen que envidiar a los Alpes. Una de esas cascadas es la Thanatos, abierta en 1983 por dos grandísimos alpinistas, Dominique Julien y Serge Casterán. Cómo dice Cristian Ravier en su guía fue mítica por ser una de las más difíciles en su momento y sigue siendo magnífica y sostenida a día de hoy en el que todo alpinista desea recorrer sus 230 m de verticalidad helada.
Thanatos es un personaje de la mitología griega. Dios de la muerte y uno de los dos dioses gemelos que fueron exiliados del Olimpo por oponerse a Zeus. Súbdito relegado a las órdenes de Hades junto a su hermano Hypnos, Dios del sueño. Su poder es enorme a diferencia de aquellos sirvientes humanos del Dios del Inframundo. Se diferencia de Hypnos en que es el más agresivo de los dos y sus ojos y cabellos son de plata Tiene una enorme estrella de cinco puntas grabada en la frente y es el responsable directo de la muerte de Pandora.
Thanatos cuida y protege el cuerpo mitológico de Hades de cualquiera que quisiera hacerle daño ya que Hades había sido herido por el Santo de Pegaso de la época del mito. Las veces que ha participado en la guerra santa han sido especialmente para colaborar con Pandora en la búsqueda de cuerpos humanos para que su Dios Hades pudiera reencarnar y repetir así una versión victoriosa de la guerra santa.
Con este marco, cuando, junto a Daniel Zaragoza, nos plantamos debajo de ella para escalarla, la impresión recorría nuestra médula como una corriente eléctrica. Valoramos la situación, la calidad del hielo y la solidez de la estructura. Templamos los nervios y comenzamos una escalada que guardo con un cariño especial por la belleza del recorrido pero también por haberla escalado con un buen amigo. Aquel día las condiciones no podían ser mejores y la montaña, que siempre manda, nos dejó disfrutar de la lucha y de la pelea de golpear el hielo con nuestros piolets en una de las vías más bonitas del Pirineo.
Sobre los autores
Por Oswaldo Rivera
María José Payno combina su trabajo como abogada con su pasión por los viajes y el trail running. En Sierra Nevada compartimos una carrera única, en condiciones muy duras. Una imagen impresionante fue ver a María José tras completar la carrera con el cabello, las cejas y las pestañas congeladas pero con una enorme sonrisa.
Álvaro Sumozas, uno de los integrantes más jóvenes del OS2O Team, combina de forma perfecta la actividad de montaña en estival e invernal. Esquiador y corredor de montaña de primer nivel. Dejando atrás los fantasmas de las lesiones, Álvaro hizo un excelente cierre de temporada.
Juan Korkuerika, capitán del OS2O Alpine Team que además de ser un alpinista todo terreno de alto nivel, es también un estudioso de la mitología griega. Korkuerika es un apasionado de la montaña, cuando no está escalando en hielo está trepando por alguna pared de roca, escribiendo sobre rutas y lugares de escalada o compartiendo sus conocimientos con los escaladores más jóvenes.
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