Autores: Hugo Ramos Cabal y Ángela González Diñeiro

Licenciados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

Investigadores en Deportes de Montaña. Universidad de León.

Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (BIOMED). Unidad de Investigación ”Ejercicio, Salud y calidad de Vida”.

 

Hace unos meses comenzábamos una serie de tres artículos sobre estrés, ansiedad y la personalidad resistente en los deportistas de montaña. Os hablábamos de estas temáticas para introduciros en el contexto que desde entonces venimos investigando, desde la Universidad de León, un pequeño equipo de Licenciados en Ciencias del Deporte, y amantes de la montaña. Aunque la espera no ha sido corta, y el proceso de investigación ha sido complejo, esperamos que los contenidos y conclusiones que os desarrollaremos a continuación, os sean de interés y aporten más conocimiento al ámbito que tanto nos gusta, y en el que tanto disfrutamos: los deportes de montaña.

Como desarrollamos anteriormente, la ansiedad, en sus diferentes manifestaciones, viene siendo una consecuencia del estrés, una forma de manifestar la existencia de una situación estresante para el deportista, es decir, un síntoma. El estrés vendrá marcado por la autoevaluación que hagas de ti mismo, en función de la capacidad que crees que tienes para superar la situación que se le plantea delante. Es decir, para un escalador de 6º grado, el estrés que le puede generar afrontar una vía será mayor o menor en función de la capacidad que él mismo estime que tiene para encadenarla. Este ejemplo se puede aplicar para el resto de modalidades deportivas.

Nuestro objetivo de la investigación es conocer qué capacidad de control del estrés y la ansiedad tienen los deportistas de montaña, y a qué niveles se produce. Además, buscamos también dar respuesta a preguntas como: ¿Puede ser que cuanto más entrenamiento más estrés podamos controlar?, ¿puede ser que haya modalidades deportivas de montaña más estresantes que otras?, ¿puede ser que la edad o los años de experiencia supongan un beneficio a la hora de gestionar esta respuesta fisiológica y psicológica del organismo al estrés?

Parte superior de la vía

Para contaros un poco cómo lo hemos hecho, se ha contactado y analizado, mediante cuestionarios psicológicos, a más de 450 deportistas de montaña, los cuales se han prestado voluntariamente a participar. Todos ellos son deportistas que practican su modalidad deportiva de forma continuada, aunque lo hagan a diferentes niveles de dificultad y rendimiento. Mediante el cuestionario se les plantean numerosas afirmaciones sobre situaciones previas, durante y posteriores, a la realización de una actividad deportiva de su modalidad. Los deportistas contestan, en base a una escala de 5 respuestas, siendo la más baja que están completamente en desacuerdo con la afirmación, o la más alta, que están completamente de acuerdo con la afirmación.

Por poner un ejemplo, una afirmación sería: el día anterior a realizar una actividad deportiva me encuentro habitualmente demasiado nervioso/a o preocupado/a.

Tras recoger todos los cuestionarios y analizarlos mediante análisis estadísticos os podemos contar algunas de los resultados que hemos obtenido. En primer lugar hablemos de las modalidades deportivas estudiadas (escalada, barranquismo, carreras de montaña, espeleología, esquí de montaña, montañismo y alpinismo). ¿En qué modalidad deportiva creéis que los deportistas son más capaces de controlar el estrés y la ansiedad?

Tabla 1. Control del Estrés y Ansiedad por Modalidad Deportiva.

Como podemos observar en la Tabla 1, los valores más bajos se relacionan con la modalidad deportiva del Alpinismo y los valores más altos se dan en la Espeleología. Es decir, los alpinistas son los que reflejan un control del estrés y la ansiedad menor, y los espeleólogos son los que más capacidad de control del estrés y la ansiedad han manifestado.

Para intentar interpretar y comprender estos resultados hay que tener en cuenta un aspecto muy importante: el riesgo al que se someten los deportistas.  Lógicamente, a cuanto mayor riesgo te sometas, mayor estrés y ansiedad vas a tener que gestionar, y por tanto, más difícil va a ser controlarlo. Por ejemplo, en el caso de los alpinistas, ¿tienen bajos niveles de control de estrés y ansiedad porque no se genera mucho estrés en su modalidad deportiva, o porque les supone un reto muy grande el controlarlo y no son tan capaces como otros deportistas?

Si recogemos el concepto de los deportes de riesgo que hicieron Fuster y Elizalde (1995), se concluye que el mayor o menor riesgo de una modalidad deportiva se establecerá por la posibilidad de padecer una lesión grave o incluso la muerte, durante la práctica deportiva. Este riesgo se amplifica por la acción de otras variables como la altura, la velocidad, la presencia de obstáculos, el nivel del agua, la climatología, etc. Por tanto, podemos decir que el alpinismo es un deporte de riesgo elevado, y que los alpinistas dan bajos niveles de control del estrés debido a que el riesgo al que se exponen es alto. Por otra parte, no queremos decir que la espeleología no sea un deporte de elevado riesgo, pero sí que las condiciones en las que se suele practicar son más controladas o estables.

Otras variables analizadas son la Autoconfianza y la Concentración. Estas dos capacidades nos aportan más datos de los deportistas, y están vinculadas a la capacidad de gestión del estrés y la ansiedad mientras practicamos deporte. La autoconfianza es la seguridad que tiene el deportista en sí mismo, con respecto a su forma física, sus recursos técnicos, su conocimientos, su capacidad de resolución de problemas, en definitiva, todos aquellos aspectos físicos y psicológicos que influyen en el rendimiento deportivo. Y la concentración es el manejo de la atención, es decir, en qué medida el deportista puede llevar a cabo sus acciones sin desviarse de sus objetivos, a pesar de todo lo que puedan acontecer. A parte de lo que pueda acontecer durante la práctica deportiva, también influirá la preparación y planificación previa.

Tabla 2. Autoconfianza y Concentración por Modalidad Deportiva

En base a los resultados que podemos observar en la tabla 2, vemos que la autoconfianza se da en mayor nivel en modalidades como la espeleología y el esquí de montaña, mientras que es más baja en modalidades como el alpinismo o la escalada. La concentración también se ve reflejada de la misma forma, valores más altos para la espeleología, carreras de montaña y esquí de montaña; y valores más bajos para la escalada y el alpinismo.

¿Qué conclusiones podemos sacar de la información que hemos obtenido?

Sabemos que la autoconfianza y la concentración son dos variables que van a afectar a la capacidad de Control del estrés y la ansiedad, por tanto, podemos decir, que los deportistas de montaña con menor autoconfianza y concentración, obtienen también baja puntación en la capacidad de control del estrés. Al igual que comentábamos antes, el estrés al que se somete el deportista, será mayor o menor en función de la modalidad deportiva y del contexto en el que se realice,  por tanto, hay que considerar el riesgo al que se someten los deportistas para comprender los resultados.

Por otra parte, otros estudios han demostrado que altos niveles de autoconfianza y concentración, se vinculan, con mayor rendimiento. En los deportes de montaña podemos comprender el rendimiento como el hecho de conseguir el objetivo planteado y hacerlo sin sufrir ningún accidente ni lesión.

Foto 8

Por tanto, en base a los resultados obtenidos creemos relevante hacer hincapié en la formación de los deportistas, principalmente por parte de las federaciones y clubes deportivos, para trabajar y entrenar «estrategias de afrontamiento» para la mejora de la capacidad de concentración, de autoconfianza, y de control del estrés, sobre todo en modalidades deportivas con mayor riesgo. Su aplicación podría mejorar el rendimiento y disminuir los riesgos a los que se exponen los deportistas.

Hasta aquí este análisis comparando diferentes modalidades de montaña, pero aún quedan más variables a tener en cuenta (los años de experiencia, la edad del deportista, el nivel de entrenamiento). Todo ello seguiremos contándooslo en la siguiente entrega.

 

Referencias

Fuster, J., y Elizalde, B. (1995). Riesgo y actividades físicas en el medio natural: un enfoque multidimensional. Apunts: Educación física y deportes(41), 94-107.

               

                El contenido de este artículo es de carácter divulgativo, en base a los resultados obtenidos del estudio. Los datos específicos y el proceso de investigación detallada que se ha llevado a cabo, se encuentra en proceso de publicación en revistas científicas. Para cualquier duda o consulta pueden comentar, o  ponerse en contacto con nosotros: cafhrc00@estudiantes.unileon.es