Por Kiko Navarro del OS2O Trail & Skimo Team
Travesia Regil, sinónimo de esquí de montaña en estado puro. Desde el año 1969 se viene celebrando en el corazón de Picos de Europa una de las carreras de esquí de montaña con más solera del calendario nacional. Si mi memoria no me falla, esta será mi sexta Regil. Sin embargo, esta será una edición especial. Formaré equipo con Claudia Gutiérrez, compañera del OS2O Trail & Skimo Team. No la conozco personalmente, pues es nueva en el Team pero sé de sus andanzas por la Copa Norte. Es una chica jovén, emergente en el esquí de montaña, pero a quién a su vez le sobra experiencia en competición. Es decir, una ¡titan! . También será especial porque tenemos de supporter a unos de los mentores de OS2O, D. Rafael Peinado –Rafa, para los amigos-, lo que supone todo un honor para nosotros. Con todos estos ingredientes, no podía salir otra cosa: risas, cocido lebaniego, birras, deportividad, amistad, y un sin fin de anécdotas que quedaran para siempre en nuestras memorias.
Viernes tarde. Como siempre, la tarde anterior a la carrera toca recogida de dorsales y briefing. Para el sábado tenemos por delante un pedazo de etapa de 26km y 2700m de desnivel. Nada que envidiar a las noticias que nos llegan desde Areches– Beaufort (Francia) donde se estaba celebrando paralelamente la Pierra Menta, prueba a la que podiamos definir como el «Tour de Francia» de las carreras de esquí de montaña. Esta vez, al ser OS2O patrocinador oficial de la Copa Norte, competición donde se enmarca la Travesía Regil, nos toca competir aquí para darle visibiliad a esta también, grandisima competición. En estas lides, Rafa se mueve como pez en el agua y yo aprovecho para saludar a viejos amigos que me ido haciendo durante todos estos años. Si algo bueno tiene este mundillo es la gente y los lugares que conoces.
Sábado de competición. Son las 9am de la mañana y una «serpiente multicolor» ataviada con cascos, gafas, bastones, esquís etc… espera paciente la apertura del teleférico de Fuente De para que nos ascienda al Macizo Central de los Picos de Europa en 3 minutos 40 segundos los 753 metros de desnivel que hay entre la estación inferior y la superior. Una vez arriba, la familia Regil lo tiene todo listo. El arco de salida y las banderas que marcan la primera subida son solo la punta del iceberg de toda la organización que esta carrera conlleva. Sé de primera mano que cuando una Regil termina, empieza automáticamente la siguiente edición. Meses de trabajo para que el evento sea una fiesta y salga rodado.
Casi sin darme cuenta llega la hora de la verdad. Claudia y yo llevamos un rato calentando y dándonos las consignas de carrera. Por delante, tenemos más de 4 horas de competición para disfrutar de los mayestáticos Picos de Europa como los califica mi amigo Carlinos Villar, mi primer maestro en el arte del esquí de montaña y toda una institución de este deporte en Asturias y Cantabria. Por cierto, razón no le falta…lugar idílico este.
Comienza la carrera con los nervios de siempre, cada equipo coge su sitio antes de empezar la primera bajada pues esta subida es corta y hay tiempo para pocas cosas más. El OS2O Team -Claudia y Kiko- llega a la transición y como si lleváramos toda la vida corriendo juntos salimos a la vez de la transición encarando la bajada con fuerza y decisión. Me pongo delante para marcar la bajada siendo una de las consignas habladas anteriormente. Sin embargo, a los pocos segundos me doy cuenta que bien podría ser Claudia quien lo hiciera pues nos hemos marcado varios rectos y en alguno ha tenido que frenar «un poco» para no llevarme por delante. Qué calladito se lo tenía, debió de correr World Cup y tiene algunos puntos FIS, ¡qué máquina!.
La primera subida larga nos tenía reservada una mala pasada. Claudia se empieza a encontrar mal y tenemos que bajar el ritmo para que pueda por lo menos continuar en carrera. Valoramos incluso abandonar en algún momento ya que lo primero, obviamente es su salud. No obstante, como buena Asturiana, no se da por vencida y decide seguir adelante. Años de experiencia en competición le permiten sufrir tanto física como mentalmente y no abandonar a la primera, hay que conocerse mucho para hacer esto. En este punto nos han adelantado varios equipos mixtos con los que luchamos por el pódium de la categoría pero eso ahora mismo importa poco. Vamos comiéndonos poco a poco metros de desnivel y parece que todo ha pasado y como si de una señal se tratara a un componente de un equipo que llevamos delante se le ha saltado un esquí, se le cae varios metros, y tendrá que bajar a buscarlo de modo que lo adelantamos sin esfuerzo. Claudia y yo nos miramos y sin decirnos nada pero pesándolo todo; ¡¡¡a por todas!!!
Estamos en una zona de nieve dura muy técnica. Lo bueno es que, tanto Claudia como yo, nos movemos mejor aquí que en el salón de casa. Las conversiones -o más popularmente conocidas como vueltas maría- delatan nuestros años experiencia. Esta circunstancia nos permite adelantar a más equipos, así que con nuestros mejores ánimos encaramos la segunda parte de la carrera.
Sin embargo todavía tenemos un hueso duro que roer. Un equipo mixto que adelantamos en todas las bajadas pero que en subida nos adelantan. El componente más fuerte saca una cuerda que va incorporada a su mochila para que el otro se encuerde, así el primero “remolca” del segundo. Este apoyo es permitido por reglamento y se suele poner para las últimas subidas cuando te estás jugando el pódium. Tras varias secciones de la carrera coincidiendo tanto en subidas, bajadas y transiciones surgió hasta la conversación con ellos. Buenos momentos de carrera en los que no faltaban las risas y las bromas. Finalmente jugaremos las mismas cartas e incorporamos la cuerda, ahora toda la maquinaria esta trabajando. Tanto es así que sin darnos cuenta hemos pasado a la primera posición ¿quien nos lo iba a decir hace un rato?.
Supimos tener paciencia y ahora tenemos la recompensa. No sin tener algún problema técnico e incluso lingüístico. La condición Asturiana de Claudia le hace decir frases en momentos tensos en carrera en su lengua que yo no entiendo pero puedo intuir. Le estamos dando a esto un toque épico. Me viene a la memoria la Reconquista iniciada por Don Pelayo en la Batalla de Covadonga allá por el año 718 a.C. Con la responsabilidad del primer puesto continuamos, aquí desde la Horcada de Cain, como si de un espejismo se tratara, vemos el Picu Urriellu, la cuna del alpinismo en España. Normalmente en carrera no levantas la mirada de la nieve pero esta vez el no hacerlo hubiera sido un pecado.
Comenzamos un vertiginoso descenso rumbo al Refugio Delgado Ubeda para emprender la subida a Horcados, donde tendremos que poner crampones y esquís en la mochila. Estamos llegando a la excelencia…hacemos los movimientos justos para que las transiciones sean rápidas. Muy mal nos tienen que ir las cosas para no llevarnos la carrera. Por fin llegamos a la última transición. Esta vez y a diferencia de casi todas las carreras, se llega a meta foqueando. Son solo 5 minutos de suave subida que sirven para darnos la enhorabuena y saborear el final de este «carrerón». Prueba que la recordaremos como la etapa de la paciencia y no entendida como capacidad de esperar sino de como nos llegamos a comportar durante esa espera. Supimos escuchar nuestros cuerpos en momentos difíciles y respetar aquellas sensaciones. Tuvimos la calma suficiente para saber que serian pasajeras. Y, cuando éramos conscientes de que todo había pasado no tuvimos ninguna duda en ir a buscar nuestro objetivo.
Lo habíamos conseguido, después de mas de 4 horas de carreras habíamos ganado en nuestra modalidad equipos mixtos.
Tras tantas emociones, se previa una tarde de descanso para recuperar el cuerpo para la etapa del día siguiente. Nuestro hotel, con sauna y jacuzzi se prestaba a ello. Sin embargo, cuando vienes a la Regil ya sabes a lo que vienes. Nuestro supporter, Rafa, también había currado de lo suyo y necesitaba recargar pilas. Para eso, ¿qué mejor manera de hacerlo que meterse entre pecho y espalda un cocido lebaniego al que el camarero nos ánimo a acabarlo sabiendo con una fe ciega que no lo haríamos. No hay cuerpo humano que se coma semejante caldero. Que no por malo obviamente, sino por sus dimensiones. Tras terminar la comilona no hay tiempo para más, ducha, briefing del día siguiente y entrega de trofeos del Campeonato de Euskadi de esquí de montaña por equipos. Un potente sorteo de regalos termina con el evento de hoy. OS2O participa donando varias Hokas, gafas y un espectacular conjunto técnico Glacier Skimo compuesto de chaqueta y pantalón.
Domingo. A la mañana siguiente, misma hora, mismo lugar: Fuente De, 09am. Además, mismos actores. Con la incertidumbre de la meteo, la gente va llegando a la salida. Una niebla densa con un poco de ventisca nos acompañara sin saber el recorrido definitivo. Finalmente, se decide dar la salida al recorrido previsto.
Esta vez salimos enchufados, la cadencia es buena y las sensaciones mejores. Es solo cuestión de tiempo para saber si estamos en lo cierto y efectivamente todo fluye. El itinerario consiste en dar dos vueltas a un circuito de 500 metros de desnivel compuesto por 3 subidas con sus respectivas bajadas. Esta vez nos ponemos en cabeza, posición que ya no dejaríamos hasta meta. Quizá no le dimos tanta importancia al triunfo como el día anterior pero el logro radicaba en haber sido capaces de recuperar el cuerpo. El triunfo no consiste solo en no caer nunca sino en levantarse las veces que haga falta. Fue una etapa divertida en la que llegamos a disputar puestos no solo en mixtos sino en categoría absoluta recuperando posiciones tanto en subidas como en las bajadas.
Y con la finalización de esta etapa se cerraba la 44º edición de la Travesía Andrés Regil. Puede que no se parezca en nada a la primera. A las pruebas de aquellos valientes de la bota de vino y el chorizo en mochila que se disponían a participar con unos esquís de madera de 2 metros por un recorrido sin balizar con la ayuda de un simple mapa de la zona, sin controles, sin avituallamientos… Nada que ver con el Skimountaniering de hoy en día. Esos que ascienden al Pico Llambrión con unos esquís de 1,60m y 800gr de peso. Con botas que escasamente pasan de los 600grs. Con el recorrido totalmente balizado y controlado. Afortunadamente, lo que no ha cambiado en todos estos años es el espíritu de la carrera. En todas y cada una de las ediciones que he corrido lo he sentido. Algo tiene la Regil que no tienen las demás carreras. Es eso que lo sientes pero que no puedes describir con palabras. Algo que queda plasmado en La Copa Andrés de Regil.
La Copa Andrés de Regil es un trofeo que no se gana fácilmente, pues no se da al equipo que llegue primero en una edición. Esta se le otorga a una persona o equipo que por diferentes características, los organizadores de «LA REGIL» creen que son merecedores de su aprobación y felicitación. Se valora la capacidad de esfuerzo en el esquí de montaña, calidad en la técnica alpinística, compañerismo, amistad y sobre todo el amor a la montaña y a los Picos de Europa. Este año tuve la suerte de ver como mis compañeros del GREIM de Potes eran galardonados con la Copa. En palabras de la organización quisieron agradecer que en cada una de las 44 ediciones siempre ha habido una institución que ha estado con ellos, que ha dado a la organización y participantes: Tranquilidad y seguridad. Porque saben que están ahí y cuando se les necesita no fallan, por todo ello, decidieron dar el preciado galardón. Más que merecida distinción compañeros.
Con la comida de clausura en Potes y posterior entrega de premios se despide a los participantes. Aun fuera de la montaña se logra esa conexión que existe a 2000 metros de altitud. Claudia, Rafa y yo nos sentamos junto al equipo que quedó en segunda posición. La rivalidad que había antes con el dorsal se ha convertido en amistad, un encuentro en la montaña te puede cambiar la vida, o quizás la vida entera. ¿Quién Sabe?.
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