El 25 de Abril de 2015 un terremoto agitaba Nepal, el país de las montañas. En aquel momento, Aleix Ballarín y Ángel Lopez, colaboradores de OS2O se encontraban en el país en un proyecto humanitario-deportivo, Nepal Schools.
Desde ese momento, se embarcaron en una nueva aventura, la de recaudar fondos para una de las zonas más castigadas y más inaccesibles del Himalaya, Thame, que ellos conocieron personalmente. Os2O quiere sumarse a esta iniciativa y recibirán parte de los fondos que ingresemos dentro de nuestra campaña de apoyo a la reconstrucción de Nepal.
Aquí comparten con nosotros la entrada de su diario de aquel día, ese fatídico 25 de Abril que cambió para siempre la vida de Nepal y sus gentes.
Bhaktapur, 25 de abril de 2015 por Aleix Ballarín
¡Por fin esa merecida semana de descanso! Hoy termina nuestra aventura en bicicleta de montaña por Nepal. Nuestras bicicletas lo van a agradecer y nuestras piernas también, no nos engañemos… Dejamos atrás tres semanas de intensas e interminables jornadas recorriendo más de 500 quilómetros con fuertes desniveles a los pies del Himalaya, pero pensándolo bien… ¿eso que más da? a fin de cuentas y una vez más el reto deportivo es lo de menos, la bicicleta o el trekking no dejan de ser el medio para llegar a nuestro verdadero objetivo: conocer la geografía del lugar, su cultura, sus gentes, y en nuestro caso además, colaborar junto a SportForTheWorld en la educación de los niños.
Nepal, para unos chicos de 26 y 27 años como nosotros, se antoja como una explosión de sensaciones y vivencias. Si tuviera que definir Nepal tan solo con una palabra, sin duda sería “escuela”, una gran escuela de vida donde se imparten a diario buenas lecciones de humanidad, clases magistrales de honradez, y excelentes seminarios de humildad.
Después de estas tres semanas de aventura, ya forman parte de nuestra memoria la impactante imagen del Annapurna y el Dhaulagiri acariciando el cielo, la falta de oxigeno a partir de cierta altura, el espectacular paisaje del Mustang, el bonito valle del Kali Gandaki, el lago de Pokhara, la espiritualidad de Katmandú, la ilusión en la cara de esos niños, las conversaciones con los ancianos…
De repente…nos encontramos en un cuarto piso y la tierra se ha estremecido y parece nunca parará de temblar, el edificio donde nos encontramos se balancea como un barco en marejada, los objetos van de aquí para allá, y a nosotros no nos queda más remedio que confiarle nuestra integridad física a una vieja mesa.
Al bajar a la calle podemos comprobar que somos muy afortunados por poder salir de allí sin un rasguño, otros no han tenido la misma suerte.
No dejo de pensar en toda la gente que hemos conocido estos días… ¿Dónde estará Gemma nuestra amiga que hace de maestra en Katmandú? ¿Cómo lo habrá vivido Sagar Giri? ¿Fura Chhamzi Serpa y su familia estarán bien? ¿Qué habrá pasado con los chicos del orfanato?… Todas estas preguntas se van repitiendo en mi cabeza mientras observo la magnitud del desastre a mi alrededor.
Me prometo a mi mismo que en cuanto salga de esta les ayudaré en todo lo que pueda, será mi manera de agradecerles todos estos días de “escuela”.
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