Por Oswaldo Rivera,
Las pruebas competitivas en altura se realizan en diferentes lugares del mundo. Entre las más representativas se encuentran el maratón del Monte Everest (salida a 5356 msnm y llegada a 3440 msnm), la Andes Infernal (salida a 3000 metros y cota máxima a 5424 msnm), o la SkyRace Iztaccihuatl (una prueba de la era dorada del Skyrunning de los 90’s, cota máxima a 4811 msnm). Las exigencias físicas de estas pruebas son muy altas, dado que la reducción de la presión parcial del oxígeno propia de la altura, compromete la cantidad de oxígeno que se respira afectando el rendimiento aeróbico. Esa disminución a una altura de 3500 msnm sería del 5 al 7 %.
Existen algunas carreras que integran la exigencia física de la altura con los desafíos técnicos de la alta montaña: cruce de glaciares, pendientes de hielo, manejo de cuerda y progresión con crampones. Pruebas para los atletas de montaña en donde la esencia del FAST&LIGHT se mantiene y se desarrolla de forma limpia. Subir y bajar lo más rápido posible. Carreras míticas como la Elbrus Race (llegada a la cima a 5642 msnm): la más alta de Europa. La Cotopaxi SkyRace con llegada a la icónica cima a 5897 msnm si la climatología lo permite es probablemente la carrera más técnica de América. En España fue el Aneto Xtreme Maratón, la carrera de alta montaña más importante: salida desde Benasque cruzando los glaciares para llegar a la cima del Aneto (3404 msnm) y vuelta al pueblo. Solo hubo tres ediciones de 1997 a 1999 que han quedado en la historia. Actualmente, no hay ninguna prueba de estas características en este país.
Es en los Alpes donde el concepto FAST&LIGHT de pueblo-cima-pueblo cobra más sentido, no solo porque geográficamente muchos de los grandes picos de más de cuatro mil metros se encuentran cercanos a poblaciones, sino también por la larga tradición de ascensos rápidos que forman parte de la cultura de montaña en esta región.
MONTE ROSA SKYMARATHON
Las laderas del Monte Rosa han sido lugar de gestas desde el primer FKT (Fastest Known Time) registrado en 1989 por Marino Giacometti con 3 horas 57 minutos desde Alagna-Cappana Margherita (4556 msnm)-Alagna, que sentó las bases de lo que se convertiría en una sólida carrera. En 1993, de la mano de Giacometti, se realizó la primera carrera al Monte Rosa, que se extendió hasta 1996, siendo también el inicio de los eventos de Skyrunning que marcaría la época dorada de las carreras alpinas. Entre las gestas realizadas se encuentra el récord en 1994 de Fabio Meraldi (4h 24min) y Gisella Bendotti (5h 34 min).
En 2018, el Monte Rosa volvió a ser una referencia de las carreras alpinas. En su primera edición se dieron lugar algunos de los mejores atletas de montaña: Franco Collé, Kilian Jornet, Emilie Forsberg, Tom Owens, o Vitaly Shkel. La nueva edición trajo cambios respecto a la versión original. Se corre en parejas y existe un material obligatorio (crampones, casco, cuerda, disipador).
Monte Rosa Skymarathon 2019, desde dentro en la carrera más alta de Europa
Tras años de practicar el alpinismo FAST&LIGHT, una carrera como el Monte Rosa era un paso natural. El currículum deportivo nos permitió a Manuel “Lolo” Diez y a mí tener el privilegio de participar en esta prueba. Con salida en la localidad de Alagana (1192 msnm) en un recorrido total de 35 kilómetros de subida hasta la Campanna Margherita (4554 msnm) y bajada de vuelta a Alagna.
La altura es el principal desafío de esta carrera. Si bien se transita por terreno glaciar, el recorrido no presenta dificultades técnicas a considerar. Solo es la parte final antes de llegar a la cima la que tiene mayor inclinación y exposición. Es posible llevar crampones de correr y no se necesita piolet.
Pronto en la carrera se alcanzan los 4000 metros y se cruzan dos glaciares por encima de esa altura. La organización retrasó la salida de esta edición del sábado al domingo porque se comprometía la visibilidad por las nubes y amenaza de fuerte viento en la cima. No se tiene que olvidar que en las altas montañas, aun si se está en movimiento, la exposición al viento y el impacto en el descenso de la temperatura representa un peligro.
La carrera más alta de Europa no podría realizarse sin una organización que combine pasión y profesionalidad. En Alagna hay una cultura alrededor de moverse rápido y ligero. No en vano fue en esa localidad donde Marino Giacometti comenzó a dar forma y nombre a lo se convirtió años después en el Skyrunning. La compañía de Guías de Montaña de Alagna realizan un trabajo excepcional, trazando y supervisando la ruta. La seguridad y la velocidad no están contrapuestas y en eventos como este se integran de forma natural.
En un terreno poco técnico donde es posible moverse rápido como en el glaciar de Lys, si no se va con la suficiente aclimatación se hace muy largo. Dentro de la cordada marchábamos Lolo delante y yo detrás. Tras años de alpinismo en solitario, mi habilidad para moverme encordado es limitada. Esto supuso un reto y nos dio ciertos problemas ya que la cuerda no quedaba en tensión y varias veces la pisaba. La importancia del corredor que va delante consiste en marcar el ritmo. El equipo necesita coger la dinámica más eficiente para ir relevando. Aquellos deportistas que están familiarizados con las carreras de esquí de montaña tienen ventajas en estas técnicas; incluso incorporan elásticos (hechos en casa) para que la cuerda vaya recogida.
No fue hasta la última subida cuando hice el relevo para ir delante y poner ritmo hasta llegar a la cima. Tras un sorbo de té empezamos la vuelta rápidamente. En la bajada tenemos que recuperar el tiempo, así que nos lanzamos montaña abajo dando largas zancadas. En un momento soy consciente de que estoy poniendo en peligro a mi compañero y reduzco el ritmo. La falta de aclimatación también afecta a la recuperación de los esfuerzos por lo que el cansancio puede ser más agudo. Se necesita descender en altura para recuperar las fuerzas. En altitudes por encima de los 3500 msnm se presentan trastornos en las estructuras coordinativas de los movimientos. Esto altera la técnica y la gestualidad de los movimientos. Bajar por el glaciar a 20 km/h con crampones y 12 metros de cuerda sin tener esa precisión de los movimientos puede no ser lo más conveniente.
Algunas de las cordadas no pudieron llegar a la meta debido a inconvenientes en la bajada. Si bien la carrera no discurre por ningún pasaje técnico, el corredor de bajada a la cabaña Gnifetti con 50º de inclinación y su nieve poco sólida lo convierten en un tobogán. Además, nos obligan a ir atados. Es un descenso incontrolable, un compañero puede caer encima del otro. En nuestra bajada vemos algunos bastones volar y se escuchaban maldiciones en varios idiomas. Una vez desatados volvemos a bajar a toda velocidad. Tardamos 7 horas 52 minutos en completar la carrera.
Gisella Bendotti, la atleta con el récord de 1994, se encontraba en Alagna ofreciendo una sonrisa y un aplauso a todos los equipos que llegábamos a meta, sin duda una experiencia única.
Si te está gustado este repaso a las pruebas de alpinismo de competición más populares del mundo, no te pierdas la segunda parte…
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