La Cabrera: granito y escalada tradicional

La Cabrera

por Carlos Garrido Iglesias (miembro del OS2O Alpine Team)

 Un año más, la primavera hace acto de presencia en el Pirineo.  La nieve cambia su textura y va desnudando poco a poco su manto al tiempo que los bosques recuperan su esplendor y roban protagonismo al dios blanco. Las montañas esculpen de nuevo su figura escarpada y rocosa, visten sus laderas de verdes prados y se despojan de su grueso y redondo atuendo hasta el próximo invierno. La primavera trae consigo muchos cambios, no sólo en el entorno natural sino también en los animales y las gentes que lo habitan, y en aquellos que incasablemente peregrinamos una vez tras otra hacia el hechizo glacial que supone el invierno. Al igual que la montaña, toca quitarse cosas de encima y guardar perezosamente la ropa de invierno, las herramientas de hielo y los esquís hasta la nueva temporada. Durante esta etapa escaladores y alpinistas vivimos un proceso apasionante donde despertamos nuevas ilusiones, fijamos nuevos retos y gozamos de actividades estivales no tan complejas ni sacrificadas como las que nos ofrece el invierno.

En esa búsqueda de nuevos retos la primavera supone la temporada ideal para visitar la zona centro, donde el granito y la escalada clásica en fisura son los “reyes del mambo”.

 

Tan solo ha bastado la propuesta de Juan Korkuerika para poner en marcha las cabecitas de los chicos del OS2O Alpine Team, y buscar un fin de semana para juntarnos y enfrentarnos al duro granito. El destino elegido para la ocasión, la Cabrera.

 

 La Comunidad de Madrid ofrece a los escaladores dos importantes zonas de escalada sobre granito, siendo la más grande y espectacular el Parque Natural de La Pedriza, que ya de por sí merece infinidad de visitas a este asombroso e inmenso laberinto de riscos y bloques enmarcados en un entorno de gran belleza, donde la escalada se desarrolla principalmente sobre placas de adherencia y fisuras casi siempre de redondos bordes que ponen a prueba la técnica y fortaleza del escalador.

Sin embargo, La Cabrera pese a su proximidad destaca por un granito considerablemente distinto, más anguloso y de grano más fino donde las fisuras y diedros se definen y perfilan con majestuosidad recordando las anheladas líneas de Yosemite.

La sierra de La Cabrera es la más oriental dentro de las integradas en la Sierra de Guadarrama (Sistema Central) y se sitúa ésta en un municipio del mismo nombre al norte de la Comunidad de Madrid, teniendo a sus pies la autovía A-1 de Madrid a Burgos. Con alineación Este-Oeste se halla flanqueada por sus dos principales cumbres, Cancho Gordo (1.564m) y Pico de la Miel (1.392m), y es hacia la cara sur donde muestra sus paredes y agujas.

El sector principal de La Cabrera es el conocido Pico de la Miel, donde están las vías de mayor longitud, de carácter vertical o ligeramente tumbado encontramos gran variedad de escaladas, desde la más pura deportiva hasta duros offwidth desequipados, pasando por todo tipo de fisuras, diedros y placas de gran belleza que convierten este muro en el más popular de la zona.

 

Al Este del Pico de la Miel se perfila una cresta conformada por diferentes agujas y riscos donde predominan vías de uno o varios largos, de ambiente vertical y casi siempre poco o nada equipadas salvo en las reuniones y descuelgues. El potencial es impresionante, con rutas  de un estilo y belleza únicas en todo el país como pueden ser “Metamorfosis” (el primer 7a de España), o la alucinante perfección de “Nueva Dimensión”, así como muchas otras no menos espectaculares.

Para no perdernos en este caos de rocas y agujas es muy útil la guía de la zona, “Guía de escalada en la Sierra de la Cabrera». Y en Internet encontraremos varios Blogs con los que podemos completar la información.

 

La escalada, día 1

 El sábado por la mañana nos juntamos Juan, Óscar, Julen y yo en una agradable terracita para desayunar al pie del Pico de la Miel, debatiendo y observando las agujas y paredes con fin de seleccionar el objetivo del día. No lo tenemos claro ya que se hace tarde y el calor vaticina una jornada sudorosa donde la sombra resultará imprescindible. Lo que si está claro es que nuestros pantalones Levitation serán los mejores aliados para frotarnos y arrastrarnos sin miedo por el agresivo granito.

Juan se quedará abajo, pues su hombro aún lo tendrá apartado de la roca una temporada. Una lástima para él y para los que gozamos de su compañía en las siempre divertidas jornadas de escalada a su lado.

Los demás finalmente optamos por ir a la “Aguja de los tres amigos”, tiene sombra de mañana en su cara Oeste y una bonita vía para calentar, y en caso de que nos calentemos nosotros tenemos “Nueva dimensión” a tiro. Resulta que el granito no perdona, nuestro terreno de juego habitual es la amable caliza, con sus placas y muros generosos en agarres. Esto es “otro rollo”, la técnica para subir dignamente por estas rutas ha de ser exquisita, y como no vamos sobrados nos toca pelearnos más de la cuenta y la vía de calentamiento ya casi resulta un reto en si misma. Es el primer día, hay que sufrir.

 

Entra el sol y por la tarde no nos resistimos a la insinuante llamada de “Metamorfosis”. Se trata de una línea asombrosa y de una verticalidad imponente, cuya dificultad y ausencia total de equipamiento hace que traguemos saliva y que el corazón se nos acelere. Ninguno conseguimos encadenarla a vista, y  en mi caso hizo falta un segundo pegue para conseguirlo. La tarde va pasando entre risas y apretones, y Óscar todavía sediento de roca se atreve con “La fisura del Trueno”, un 6b+ precioso pero con un paso de entrada que confirma lo fuertes que estaban los aperturistas y escaladores de antaño. El día se acaba y el exceso de fuerza que hemos invertido en subirnos por estas rutas va haciendo mella en nuestros cuerpos. Toca bajarse y degustar una deliciosa cena en la bien llamada “La Selecta”, restaurante que regenta la hermana de Juan a escasos kilómetros de La Cabrera. Por supuesto bien acompañada de una refrescante cerveza gallega.

 

La escalada, día 2

El Domingo, las primeras luces nos despiertan en lo que ha sido un vivac ventoso bajo un gran roble. Es el último día y el madrugón está justificado, mis compañeros se vuelven a Zaragoza por la tarde y hay que aprovechar las horas que nos quedan. Además tenemos pensado escalar en el Pico de la Miel y allí el sol no perdona.

 

Esta vez nos las veremos con una vía de tres largos que nos han recomendado fervientemente, “18 los ojos que te ven”. Su aspecto desde abajo no resulta muy amenazador, la línea es preciosa y discurre por una estrecha fisura que corta una placa ligeramente tumbada. La graduación de 6c hace que desconfiemos, ya que la escalada aquí aprieta, y es un hecho que queda demostrado en el primer largo de placa que ninguno conseguimos encadenar tras numerosos juramentos entre resbalón y resbalón. El segundo largo resulta más agradecido y desde luego alucinante de bueno, pero exigente en su ejecución y protección, y con algún que otro “aleje simpático”.

El calor aprieta y las horas van pasando sin perdón. La escalada en autoprotección ralentiza mucho los horarios y más aún cuando escalamos en cordada de tres. Vamos buscando la sombra desesperadamente bajo encinas y robles, es mediodía y justo el punto en que el sol todavía no libera de su influjo las caras Este de las agujas. Tras un rato de espera que aprovechamos para hidratarnos y alimentarnos, decidimos atacar la afilada laja de “Metodología”, un espectacular 6b de bavaresa vertical en el que habrá que tirar de técnicas de empotre y recursos físicos varios para resolver con éxito. No da tiempo a más, Juan espera abajo pacientemente,  y el viaje de regreso a casa para la vuelta al trabajo termina con un fin de semana marcado por muchos apretones, más risas, y la sensación de haber sacado todo el rendimiento a nuestros friends y fisureros.

Por supuesto nos queda la certeza de que aquí volveremos, ya que son muchas las rutas que nos han quedado pendientes y que si algo tiene el granito aparte de duro, es un irresistible poder de atracción que despierta nuestro primario instinto de trepar por sus debilidades en forma de fisuras, lajas y diedros de todos los tamaños, anchos e inclinaciones.

Yo tengo la suerte poder quedarme unos días más para descubrir nuevas líneas y proyectos en los que volcar ilusiones, pues esto de la escalada es una fuente inagotable de motivaciones, ganas de vivir, viajar y disfrutar de la compañía de buenos amigos por todos los rincones que visitamos, en esa búsqueda de la esencia de vida que la montaña y la naturaleza nos regala.

 

 Como siempre, un lujo escalar y compartir momentos y emociones con los amigos y compañeros del equipo OS2O. Pronto nos juntaremos otra vez y será un placer contaros desde aquí nuestras aventuras.

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4 comentarios

  1. Angelica te recominedo este libro!!! Ha ayudado a mucha gente con miedo. Trata de analizarlo y de cómo superarlo. Es bueno!!!

  2. Me parece fascinante lo que haces, aunque de sólo mirar las fotos se me pone la piel de gallina. ¿No has tenido miedo al principio de tu aventura con la escalada? ¿Algunas ideas de cómo superarlo? Saludos y suerte 😉

  3. Jajajjajjajajajaaj en breves estoy ahí echando risas titanes!!!! Un besazo y hasta la vista alpinistas

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