Por Kapi del OS2O Alpine Team
El Congost de Montrebei es una imponente barrera de roca caliza de más de dos kilómetros de extensión y con paredes de hasta 500 metros de altura que se encuentra en la zona oeste del Montsec. Aquí el río Noguera se abre paso entre sus escarpadas paredes cortando en dos el farallón y haciendo de frontera natural entre las provincias de Huesca y Lleida. Aquí encontraremos dos paredes bien diferenciadas a ambos lados del Congost, la de Aragón en el cauce izquierdo del río y la de Cataluña en su cauce derecho. Un espectáculo paisajístico impresionante y que se ha convertido en uno de los mejores lugares para la escalada en pared de autoprotección y en terreno de aventura de la península.
La escalada en esta zona no es algo nuevo y desde hace décadas han ido surgiendo vías en sus inmensas paredes. Al principio se abrían vías por zonas evidentes de diedros o chimeneas que marcaban el recorrido, pero poco a poco y con la llegada de nuevos materiales y estilos de escalada se han conseguido trazar líneas cada vez más duras y ambiciosas por placas y desplomes. Hasta convertir la zona en un auténtico paraíso de la escalada en pared con vías de todo tipo y para todos los gustos. Eso sí, siempre con un estilo de apertura tradicional, desde abajo, e intentando limitar en la medida de lo posible la utilización de anclajes fijos o expansivos, lo que convierte cualquiera de sus escaladas en una buena aventura donde leer el recorrido, navegar entre chapas, mantener la calma y poner a prueba nuestras habilidades de autoprotección.
Montrebei antes sonaba a aventura y no solo por la escalada, sino por el mero hecho de poder llegar a cualquiera de sus paredes por los diferentes caminos y pistas de aproximación, donde el mal estado de sus accesos y lo complejo de algunos de ellos, mantenían la zona a salvo de las masificaciones y el turismo en general. Pero en la última década la zona se ha domesticado y ahora la aventura se reserva solo a la escalada, ya que se han arreglado y modificado la totalidad de pistas y accesos, se ha puesto en marcha un refugio en Montfalcó, se han unido ambos márgenes del río mediante un puente colgante y unas escaleras en la pared y hasta se ha comenzado a cobrar por aparcar en el parking de Pont de Montanyana. Esto ha convertido al desfiladero en una zona muy conocida y visitada por miles de turistas y paseantes que acceden a la zona para realizar paseos, vías ferratas, paseos en piraguas, btt o cualquier otra actividad. Estas mejoras e infraestructuras han conseguido que mientras escalas en cualquiera de sus paredes puedas ver y oír el ir y venir de gente por su camino tallado, puente colgante y pasarelas, a la vez que decenas de personas cruzan el desfiladero en piragua entre gritos. Está claro que la todo el mundo tiene derecho a disfrutar de un paraje como este, ¿pero a qué precio? Dejo la pregunta en el aire y esperemos que éstas hayan sido las últimas obras que veamos en Montrebei, porque aún planea en el aire el proyecto de Endesa de construir una presa y aunque parece que por el momento está parado ese tema, podría ser el fin de este paraíso natural.
Pared de Aragón en Mayo
La lejanía en kilómetros desde Bilbao hacen que mis visitas a la zona no sean demasiado habituales ya que lo más sensato sea visitar la zona un puente largo o varios días de fiesta. Pero disponiendo de poco tiempo libre de vez en cuando hay que hacer el esfuerzo de viajar para el fin de semana. La pared de Aragón es la más accesible en tiempo desde Bilbao ya que el acceso por Viacamp es rápido y cómodo, pero tiene el inconveniente de su orientación ya que recibe el sol desde primera hora y es un destino idóneo para días fríos en invierno. Aunque ya estemos en primavera, tenía una visita pendiente y aprovechamos un fin de semana con una meteo algo revuelta y ventosa para ir con Ruben Gudino a por una de las últimas opciones de esta pared antes de que el calor y el sol hagan imposible la escalada en sus compactas placas técnicas. Para esta ocasión teníamos dos vías en mente desde hace tiempo “Cuarentones” y “Dret a decidir” en la zona de la Pilastra.
El sábado vamos a “Cuarentones” una vía de la que habíamos oído hablar muy bien y que teníamos ganas de probar. No es de las más modernas de la zona y seguramente esté entre las clásicas de dificultad de la Pilastra, por trazado y equipamiento en general. No madrugamos demasiado y en la aproximación, el sol y el calor nos golpean con dureza y mientras bajamos al pie de vía pensamos que quizá nos hemos equivocado y que vamos a sufrir de pies y calor más de la cuenta. No sopla nada de aire y en los primeros largos en manga corta y con los pies hinchados nos tememos lo peor. Pero según vamos escalando largos y ganando metros un poco de aire del norte y algunas nubes hacen que escalemos y disfrutemos de sus increíbles largos de placas de agujeros sin demasiados problemas.
La escalada es muy buena y hay que navegar entre los seguros fijos para no perderse en ese mar de caliza compacta, donde en las zonas menos difíciles tenemos que buscar emplazamientos para friends en agujeros que desde abajo no puedes ver, lo que hace que a veces la incertidumbre nos acompañe en cada metro que vamos ganando. Pero la calidad de la roca y los seguros fijos en los tramos más duros y lisos nos hacen escalar a buen ritmo y disfrutamos con cada largo que se van sucediendo uno tras otro con los relevos en las reuniones. Sin darnos cuenta ya hemos pasado el largo más duro de 7B y hemos encadenado los dos, eso sí con unas buenas apretadas y unos buenos bailes de pies. Pero no nos hemos ni dado cuenta que un montón de nubes negras nos rodean por todos lados amenazando lluvia y tormenta.
Al final nos pillo la lluvia en el último largo y tuvimos que esperar en la reunión colgados aguantando el chaparrón, hasta que dejase de llover y se secase la roca. En esas condiciones no podíamos terminar y entre risas comentábamos como habíamos pasado de preocuparnos por no morir achicharrados por el sol a preocuparnos de no morir de hipotermia congelados en la reunión. Nunca hay que fiarse y en pared siempre hay que llevar ropa de abrigo y agua por lo que pueda pasar, gracias a mi Breathout Waterproof Jacket, todo quedo en un susto y unas risas. Al final paró de llover, la roca se seco y pudimos terminar sin mayores complicaciones una vía cien por cien recomendable.
El domingo vamos a «Dret a Decidir«, una vía más nueva y moderna en la Pilastra. Ayer libramos del calor pero hoy tampoco las tenemos todas con nosotros ya que esta primavera la meteo está un poco loca.
Al final el aire corría por la pared y entre algunas nubes pero que no amenazaban lluvia, pudimos escalar esta vía en la pared de Aragón, con unos largos muy buenos y abiertos con gusto y estilo. Muros llenos de agujeros con puentes de roca como seguros fijos y algunas chapas combinadas con zonas a autoprotección en agujeros hicieron de la escalada un verdadero disfrute. Gudino encadeno toda la vía entera y yo como no siempre se puede triunfar me equivoque en una de las secciones del 7B y finalmente no encadené, pero eso no es lo más importante, ya que la vía, el ambiente y la escalada en sí ya son un verdadero triunfo para un fin de semana con muchas dudas.
Terminamos la vía con aire fresco y abrigados en las reuniones, sin sufrir de pies y satisfechos por las dos vías que hemos escalado este viaje. No sabría de las dos vías con cuál quedarme ya que las dos tienen largos muy muy buenos y creo que las dos son de visita imprescindible en la Pilastra de Aragón.
Volvemos a la furgo y hacemos el largo viaje de vuelta a Bilbo, planeando y pensando en paredes menos calurosas para poder seguir descubriendo nuevas vías de escalada en pared el resto de la primavera y verano.
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