Por Javier Marín e Indra de Castro
Tras haber subido a Monte Perdido en estilo Fast&Light, esta vez era el turno del Pico Maldito.
Salimos del parking a las 5:15 am y tras 8h15min de actividad estábamos de vuelta. Probablemente no sea ningún récord, pero libramos la tormenta prevista con margen. Un buen ejemplo de la utilidad del estilo FAST&LIGHT. Y además, ¡nos lo pasamos en grande!
Fue un día de sensaciones sublimes. Ligereza, eficiencia en las transiciones, material bien elegido y condiciones top. Salimos de la Cabaña de Pescadores de noche cerrada junto a otros montañeros que subirían al Aneto. Elegimos un camino alternativo así que veíamos frontales al otro lado del valle. Avanzamos cómodos. La mochila apenas pesaba 8 kg incluyendo botas, crampones, piolets, casco, arnés, cuerda de 40m y algunas protecciones de roca. Enseguida adelantamos a los puntitos de luz de la ladera opuesta. Tras 1h Javi comentó: “Ya vamos a nuestro ritmo habitual”. Lo miré sorprendido e interrogante y añadió “Je, 600m+/h”. Sonreimos.
Cuando llegamos al primer ibón, nuestro sendero confluyó con el habitual al Aneto. Seguimos adelantando gente hasta pasado el ibón de Coronas. Allí nuestra traza se separó de nuevo y nos dirigimos al Collado de Cregüeña con las primeras luces. De camino, sorprendimos a otra cordada que despertaba de su vivac. Esta es la manera habitual de subir al Maldito por su Diagonal, una actividad de dos días. Nosotros optamos por el FAST&LIGHT, coche-cima-coche en unas pocas horas.
Las condiciones primaverales de aquel día nos permitieron continuar con zapatillas casi hasta el collado. Transición a botas y poco después del collado rocoso, transición a crampones. Avanzamos decididos por la larga travesía a media ladera que da acceso a la Diagonal del Maldito. A pie de vía una transición más. Esta vez quitarse crampones, guardar piolets y encordarse. Comenzamos a navegar por pequeñas canales de roca con apenas un hilo de agua, repisas y placas lisas e imposibles con bota rígida. Nos reunimos en la primera reunión, lo justo para comentar el itinerario del siguiente largo y pasarnos las pocas protecciones de roca que llevábamos. Otro largo más, una reunión flotante y veloz apurando los 40m de cuerda que teníamos. El último largo lo trazamos por una V preciosa que formaba el granito pulido por décadas de hielo y nieve montando la reunión al comienzo de un largo corredor en condiciones de ensueño.
Nos volvimos a poner crampones y armarnos con los piolets para darle caña progresando en ensamble y metiendo las protecciones justas, algo así como una cada 30m. Alcanzamos la travesía superior. También en condiciones idóneas así que la superamos en pocos minutos pasando la cuerda tras algún bloque de confianza. El último tramo de corredor que da acceso a la antecumbre dejaba a la vista algo de hielo. Nada serio, pasamos sin titubear y ya en la antecima disfrutamos de las vistas de la vertiente NE. Una corta trepada de roca nos dejó en la cumbre del Maldito. ¡Qué ascensión más gustosa!
Tras la foto-cumbre, descendimos por la Cresta de Cregüeña y encontramos la primera instalación de rapel. Esta es una línea de descenso relativamente nueva instalada por algunos guías de Benasque como alternativa al descenso poco recomendable de la Punta Astorg. Estábamos abajo en 4 cómodos rápeles de 20m (llevábamos la cuerda ajustada a estos rápeles, triple homologación de 40m). La nieve en esa cara sur a las 11am ya comenzaba a ablandarse, pero lo justo para no necesitar crampones y poder deslizarnos casi-esquiando hacia los ibones de Coronas. A 2700m ya pudimos ponernos las zapatillas de nuevo y volamos valle abajo. Un gustazo saludar al ibonet y los montañeros que bajaban cansados del Aneto hasta internarnos en el bosque y llegar al parking. Paramos el crono en 8h16min. Seguro que se puede mejorar el tiempo, pero no nuestro disfrute.
El FAST&LIGHT no tiene que ver con los récords ni las competiciones sino con la expresión de una forma de afrontar los desafíos de la montaña. FAST&LIGHT exige afinar al alpinista sus aptitudes técnicas, su condición física y el material que elige. Estos factores combinados con la eficiencia en las acciones y maniobras permiten además de moverse con rapidez reducir el tiempo que estamos expuestos a los riesgos objetivos de la montaña como la meteo, caída de rocas o inestabilidad de la nieve.
Descenso rápido para evitar la tormenta
Hacer frente a estos riesgos requiere equipo más pesado (y una pizca de suerte). Otra opción es evitar los riesgos: reducir la probabilidad de que nos caiga una roca, descender al valle cuando la nieve aún está consolidada o simplemente evitar una tormenta. Nosotros salimos del valle, subimos al Maldito por su elegante Diagonal y bajamos al valle antes de que se desatara la tormenta… misión cumplida!
Jeremías Johnson
¿Durmieron en el coche antes de comenzar?