Por Oswaldo Rivera.
Las chaquetas de relleno de pluma son sin duda una de las prendas esenciales no solo para aquellos que disfrutamos de la naturaleza, sino también para todos aquellos que enfrentamos a las condiciones invernales en nuestras actividades diarias.
Las chaquetas de pluma tienen su origen en las expediciones, por ser uno de los materiales que ofrece mayor capacidad térmica (o mejor dicho aislamiento) en un peso mínimo. Esto ha permitido a la chaqueta de pluma posicionarse en un amplio rango de usos desde la alta costura hasta las prendas técnicas. El volumen de aire que ocupan unos gramos de pluma al expandirse genera una barrera con el exterior que los materiales sintéticos todavía no han podido igualar, creando una voluminosa capa aislante entre el frío exterior y el cuerpo interior con un peso muy bajo.
Necessitas Mater Artium
El origen de la chaqueta con relleno de plumas no está exento de enigmas. Conceptualmente, el uso de la pluma como aislante no tiene un origen preciso. Sin embargo, formalmente son las patentes las reglas que establecen la propiedad intelectual del producto.
El australiano George Finch es considerado el inventor de las prendas con relleno de pluma. Su chaqueta Eiderdown fue utilizada en la expedición de 1922 al Monte Everest, utilizando plumas del pato Eider que fueron introducidas en una chaqueta confeccionada en el mismo material que los globos aerostáticos. Es un concepto que continúa vigente hoy en día, si bien los tejidos exteriores han cambiado.
Unos años más tarde, en 1936, Eddie Bauer desarrolló la chaqueta Skyliner. Tras casi perder la vida debido a una hipotermia, Bauer fue el puente entre las chaquetas puramente de expedición de montaña hacía las chaquetas de pluma para uso diario. Con este diseño obtuvo la primera patente de una chaqueta con relleno de pluma.
Tras esas primeras prendas fueron muchos otros aventureros y/o diseñadores que se encargaron de hacer evolucionar las chaquetas de pluma. Entre ellos destaca la aportación de Pierre Allain: hacia los años 40, Pierre Allain y Robert Latour se encontraban haciendo vivac dentro de una grieta en “La dent Parachée”, en los Alpes franceses. Después de pasar una noche muy dura debido al frío, Allain comenzó a trabajar en el desarrollo de un equipo de vivac más “confortable”. Las técnicas de escalada estaban desarrolladas, pero el material, en especial, el de vivac era de “andar por casa”. Pierre Allain no sólo desarrolló chaquetas con relleno de pluma, sino que fue más allá al concebir un sistema donde la chaqueta se unía con un pequeño saco de dormir, llamado “pie de elefante”. El objetivo era reducir el peso y aumentar la funcionalidad. Este concepto se sigue utilizando en la actualidad.
La chaqueta moderna
Si bien el concepto del diseño no ha cambiado radicalmente, las prendas con relleno de pluma para uso técnico en la montaña sí lo han hecho. Principalmente debido al desarrollo de los tejidos de nylon, utilizados para ¨atrapar¨ la pluma en un material que por su resistencia y ligereza sigue siendo hoy en día la mejor opción. Además, estos tejidos añaden nuevas funcionalidades a las chaquetas como la repelencia al agua. Así pues, aunque el relleno de pluma fue utilizado antes, el diseño de la chaqueta actual de plumas tuvo que esperar su invención hasta el año 1940. A diferencia de la gran mayoría de prendas técnicas de montaña, cuyos materiales han sido desarrollados de forma sintética, las prendas con relleno de pluma representan uno de los mejores ejemplos de maximización del rendimiento de una prenda gracias a la unión entre materiales naturales y artificiales.
Catálogo de prendas aislantes de OS2O.
Deja una respuesta